90 años con la gastronomía

48 CON LA GASTRONOMÍA Origen inexacto Adarraga Y su tarta histórica No está claro de qué año data el nacimiento de la pastelería Adarraga, pero su primer confitero fue José Adarraga, nacido en 1852, quien en el comercio instalado en los bajos de la casa familiar comenzó a fabricar chocolate por medio de un molino movido por un burro. Los años pasaron y las generaciones también, pero Adarraga sigue ahí y lo hace, en parte, por una de las más famosas tartas que se pueden probar. Se trata de una tarta de hojaldre de mantequilla, de varios pisos y en los que la crema, la mantequilla, la nata y la mermelada se alternan en una deliciosa receta. Desde 1886 Casa Otaegui Desde 1886 hasta hoy Casa Otaegui es la pastelería más antigua de Donostia, pero también una de esas casas sin las cuales no se podría entender la gastronomía de la ciudad. Tiene sus orígenes en 1886, por lo que son ya casi 140 años de endulzar la vida a los y las donostiarras. Raimundo Malcorra y Josefa Martina Otaegui la fundaron en la calle Miracruz y luego, ya en la calle Narrika, la pastelería siguió su evolución de la mano de Pedro Otaegui y Emiliana Malcorra, la creadora de la mítica pantxineta. Otaegui fue a comienzos del siglo XX proveedor oficial de la Casa Real y la reina María Cristina, que era incondicional de su bizcocho de almendras. Una de las grandes virtudes de esta casa ha sido saber situarse en el punto de encuentro entre la repostería tradicional vasca y las mejores corrientes europeas. Desde 1888 Maiz Una pastelería en una capilla Entre 1888 y 1991, en la esquina de Urbieta con San Marcial, Maiz ocupó un local que fue una capilla provisional hasta que terminaron las obras del Buen Pastor. Pedro Maiz y Teresa Mendizabal, ambos de Aia, fundaron esta pastelería y chocolatería, que en un principio se llamó ‘La Dulce Alianza’. Tras la guerra, por motivos legales, se cambió el nombre a Maiz y dos generaciones sucederían a Pedro y Teresa al frente del negocio. Era una pastelería con una decoración elegante y un personal que siempre lucía un impecable uniforme, e ir a Maiz a tomar un chocolate o unas tostadas con mermelada tenía mucho de acto social también. De entre sus tartas destacaba la ‘saski-naski’, con su corona de hojaldre cubierta de caramelo, una de esas receipuzkoa puede presumir de haber contado y seguir contando con estupendas pastelerías, confiterías y panaderías, y también con salones de té, que durante el paso de las décadas han puesto al territorio como un referente en la vertiente más dulce de la gastronomía. La influencia francesa y el hecho de ser durante años y años una ciudad con carácter balneario favorecieron la proliferación de unos establecimientos que, con esmero, saber hacer, imaginación y un producto de primer nivel, se ganaron un hueco en el corazón, la memoria y el paladar de los guipuzcoanos más golosos. Hoy, algunas de aquellas pastelerías siguen en activo, pero también es cierto que algunas cerraron sus puertas hace años. Este es un recorrido por la Gipuzkoa más dulce de los últimos 90 años. PASTELERÍAS Y CONFITERÍAS Han sido y siguen siendo muchas las pastelerías y confiterías que, con su saber hacer y su esmero, han permitido a guipuzcoanos y visitantes disfrutar de verdaderas delicias Un recorrido por la Gipuzkoa más dulce Texto: Iñigo Belastegui Fotos: El Diario Vasco G

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