Deportistas cinco estrellas

Muchos le llaman la silla eléctrica, pero el banquillo del Ibaeta Basket se ha convertido en el sofá de su casa para Azu Muguruza (Donostia, 1968). Es difícil encontrar un caso como el suyo en la elite. Es entrenadora del mismo equipo desde 1993, cuando el Ibaeta militaba en la Liga Universitaria. Hoy en día es uno de los clásicos de la máxima categoría femenina, un logro que no se entendería sin el trabajo de esta donostiarra, que este año cumplirá 31 años en el cargo. Pocos pueden decir que hayan hecho más por hacerse acreedores del Premio Deportistas Cinco Estrellas a la Trayectoria. - En 31 años habrán cambiado mucho las cosas… - En 1993 competíamos en una liga universitaria. A lo largo del año nos enfrentábamos entre todas las universidades de España y al final había un campeonato. Luego esa liga desapareció y nos incorporamos con el Atlético a la liga federada. Era un mundo completamente amateur. Entrenábamos tres días por semana y la dedicación era mucho menor. - ¿Cuándo considera que llega su profesionalización? - El gran cambio se dio cuando subimos a la Liga 2. Ahí ya comenzamos a hacer un trabajo más exhaustivo de estudio del rival, empezamos a tener más entrenamientos… - Habrán cambiado mucho también los medios de los que se disponen y la manera de entrenar, ¿verdad? - Recuerdo que cuando estábamos en Liga 2 teníamos que grabar nuestros partidos, pero no para emitirlos, sino para producir unos DVDs. Tenías que enviar una copia a los rivales y ellos te mandaban el DVD de sus partidos. Había un tráfico de DVDs increíble por correo postal. Y los partidos se veían como se veían. Muchas veces no identificabas bien a las jugadoras porque las cámaras no eran de última generación, precisamente. Teníamos que arreglárnoslas para distinguir a todas las jugadoras. Pero bueno, ya era una actividad profesional. - ¿Cambia mucho el ascenso a la máxima categoría y la llegada de jugadores extranjeras? - Sí. Hace años siempre manteníamos el bloque, pero ahora es mucho más difícil. Hay mucho movimiento de jugadoras y es muy difícil mantener una idea de juego porque hay que adaptarles cada año y a la gente le cuesta asimilar jugar de una manera. Te tienes que adaptar más a las jugadoras que vienen para que el equipo pueda rendir cuanto antes. - En 1993 una mujer entrenadora era un ‘rara avis’… - Sí. En general, siempre me he visto rodeada de hombres porque ha sido una profesión liderada por el género masculino, pero creo que poco a poco ha ido creciendo la cantidad de mujeres entrenadoras. - ¿En algún momento ha sentido que por ser mujer tenía las cosas más complicadas? - No he tenido nunca ningún problema en ese sentido, porque en todas las ligas en las que he estado durante estos años he tenido un buen recibimiento. - ¿Se queda con alguna temporada en particular de todas las que ha vivido? - Es muy difícil elegir una porque en tantos años ha habido muchos momentos buenos y sería muy complicado quedarme solo con un año. - ¿Alguna vez se ha planteado cambiar de club? - No. Nunca lo he tenido en la cabeza porque estoy a gusto en mi club, en casa, con la familia, con mis amigos… Siempre he encontrado la motivación para seguir en casa. - Cuando te dan el premio a la trayectoria parece que el final está cerca. ¿Lo siente así? - No. Todavía tengo cuerda para rato. Esto quiere decir que llevo mucho tiempo, pero no me planteo dejarlo y estoy con ganas y motivada para seguir. «TODAVÍA TENGO CUERDA PARA RATO» Azu Muguruza posa junto a Mikel Aramendi, cofundador y director clínico de AMMMA. MICHELENA / A. SISTIAGA La trayectoria de Azu Muguruza es un ejemplo único de fidelidad: lleva desde 1993 entrenando al Ibaeta Basket MÁS DE 30 AÑOS «En 1993 competíamos en una liga universitaria y era un mundo completamente amateur» EN UN MUNDO DE HOMBRES «En general me he visto rodeada de hombres, pero ha ido creciendo la cantidad de mujeres» PREMIO A LA TRAYECTORIA AZU MUGURUZA M. E. DEPORTISTAS CINCO ESTRELLAS Sábado 16.03.24 EL DIARIO VASCO 22

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc0NTQ0