Jueves 08.02.24 EL DIARIO VASCO 8 INAUTERIAK JAIAK Confucio decía que «Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes, deberá acomodarse a frecuentes cambios». Una sociedad avanzada es aquella, que en su constante evolución ha adoptado en todo momento a su paso por la historia las transformaciones básicas necesarias que le permitan situarse en un contexto de relación, primero con su entorno, y luego, con el resto de sus vecinos de otros lugares próximos o lejanos, y más en particular, dentro de su propio y reducidoámbito, el municipal, que es el que regula las reglas elementales de convivencia. Éstas se encuentran casi siempre recogidas en la legislación, y en algunas ocasiones en el simple y lógico respeto entre los ciudadanos, que aunque no esté escrito en ninguna ley, es lo que en términos jurídicos se conoce como principios generales del derecho, que no es más que la forma que el ser humano estima justa para actuar con los demás, primando sobre cualquier otra fuente de derecho. A través de esa continua evolución, las sociedades avanzadas se distinguen de las que no lo son por el constante cambio en todos los aspectos de sus relaciones humanas, el de la economía, la cultura, la búsqueda de la igualdad el respeto entre todos los miembros de la comunidad a la que pertenecen, y cómo no, la faceta lúdica y festiva que las personas necesitamos para romper la rutina de la vida,los problemas y obligaciones. Dentro del ámbito festivo de Tolosa, en concreto de los carnavales, estamos asistiendo los últimos años a unos cambios en la forma y costumbres por parte de los jóvenes que han generado no pocos encontronazos con la autoridad municipal, y lo que es más preocupante, han abierto una brecha intergeneracional cada vez más acentuada, en la que, en mi modesta opinión el quid de la cuestión radica en que las generaciones de mayor edad no admiten la premisa fundamental de que el iñauteri está, y deberá estarlo siempre, en constante evolución, para poder ocupar el espacio que le corresponde en esa sociedad avanzada en la que todos deseamos tener nuestro sitio para respetar y ser respetados. Al contrario de muchos carnavales rurales que por su carácter intrínseco no admiten mutaciones, el carnaval de Tolosa cambia de cara cada año porque su rasgo de identidad más destacado es el de no sentirse atado a ninguna disciplina que lo comprima como apretado corsé privándole de libertad y manteniéndolo prisionero de un determinado guión. El recordado Juanito Garmendia, en su libro de 1973 ‘Iñauteria, el carnaval vasco’ describe con gran lujo de detalles, en su primera parte la infinidad de carnavales rurales del País Vasco, y en la segunda mitad ya concretamente el Iñauteriurbano, el de Tolosa. El gran escritor tolosarra solía decir que había conocido pocos sabios en su vida, y que solo se atrevía a calificar con ese título a tres grandes amigos suyos : Julio Caro Baroja, José Miguel de Barandiaran, y Jorge Oteiza. Los que conocimos a Juanito sabíamos algo de su humildad y que nunca hubiera pretendido arrogarse los méritos de sus colegas, pero nuestro inolvidable etnógrafo y antropólogo completaba con ellos un brillante cuarteto. El elemento diferenciador de los carnavales rurales es que hunden sus raíces en la tradición de figuras ancestrales que cada generación transmite a la siguiente, sin que sea posible someterlos a cambios, de forma que se relevan las personas pero se perpetuanlos personajes. A nadie se le va a ocurrir en Lanz prescindir del Ziripot ni el Miel Otxin, del mismo modo que a ningún Luzaidarra le faltará tanto el juicio como para eliminar la figura de los bolanteak, el banderari o los makilarik, zapurrak yzaldikos. Quizá la manifestación carnavalesca rural más conocida e inmutable sea para todos la del zanpantzar yjoaldunak de Ituren y Zubieta. Hablar del iñaute de estos lugares es hacerlo de la tradición, no como unaparte más del rito festivo, sino como elemento único, como hilo conductor del pasado con el presente. El carnaval de Tolosa, aunque en algún tiempo hubiera tenido reminiscencias arcaicas, carece de las fuertes ataduras de esos iñauterik rurales y ha llegado libre hasta nosotros con la vocación de ser la más anárquica escenificación de las ganas de diversión de los tolosarras, sin dejarse someter por nada ni por nadie. La astucia y el ingenio siempre hansido el motor del iñauteri y gracias a ellas se pudieron superar momentos muy difíciles en la historia de la fiesta, en particular durante los años de la dictadura franquista, en la que los carnavales estuvieron oficialmente prohibidos y fueron milagrosamente salvados al cambiarles su ‘pecaminoso’ nombre por el más eufemístico de ‘Fiestas de primavera’. Hoy nadie recuerda aquella larga y dura travesía y los Iñauteris se refuerzan de un año para otro con la participación mayoritaria del pueblo de Tolosa, pero principalmente de los jóvenes, que aportan nuevas energías sin las que nuestras fiestas no podrían sobrevivir. En las últimas décadas, la incorporación de la juventud ha supuesto un giro total, porque, por un lado, participan con toda su familia, y por otro han dado un vuelco espectacular al uso del disfraz, ya que hace 20 o 30 años había muchísima gente vestida de calle, y hoy, aquel que lo haga llama la atención. Por parte de algunas personas de mayor edad, se escuchan voces apocalípticas que anuncian la desaparición de la idiosincrasia del viejo Iñaute, acusando a los jóvenes de falta de humor. Quiero encasillar estos funestos augurios dentro de una nostalgia producida por felices tiempos que pasaron y no volverán. Se está satanizando a toda una generación acusándoles de que lo único que generan es ruido y molestias. Los que un día fuimos jóvenes también éramos acusados de lo mismo, y sin embargo el carnaval siguió subsistiendo, cambiando de actores pero no de esencia. Este año, después de mucho tiempo reivindicando un emplazamiento más visible para las txoznas, el ayuntamiento, quizá siguiendo la máxima de Confucio, ha decidido colocarlas, como prueba, en la plaza del Triángulo. Demostremos que somos una sociedad avanzada, y que a través del diálogo todo tiene su solución. Gora Tolosa, goragaztek eta zaharrak, goraIñauteria. Mutatis Mutandi Nuevos tiempos La incorporación de la juventud ha supuesto un giro total al carnaval tolosarra IGNACIO IRASTORZA Carroza de jóvenes el Domingo Carnaval del año pasado. IÑIGO ROYO Los funestos augurios sobre los jóvenes se enscasillan en una nostalgia de unos tiempos que ya no volverán
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