Suplemento especial Suplemento especial 8 I APOSTANDO POR EL COMERCIO APOSTANDO POR EL COMERCIO I 9 FOMENTO SAN SEBASTIÁN IONE IRURETAGOIENA MODA Ione Iruretagoiena es una de esas pocas personas que tenía claro a qué quería dedicarse desde que era una niña. Quería ser diseñadora de moda y orientó su formación en busca de ese sueño. Hoy tiene su propia marca a través de la que comercializa sus diseños y además de por Internet vende sus creaciones en su tienda de Morlans donde, al margen de su línea de moda, prepara vestidos de novia y de fiesta a medida de cada cliente. Esta joven emprendedora encontró en el comercio su medio de vida después de formarse concienzudamente en el sector en el que triunfa hoy en día: «Primero estudié el bachillerato artístico en Zurriola Ikastola y luego me enteré de que había una carrera de cuatro años en Barcelona». Y allí fue: «Era una carrera muy práctica. Sales de allí sabiendo coser, dibujar y todo lo que necesitas para ser diseñadora de moda». El mismo Trabajo de Fin de Grado era el diseño y ejecución de una colección en la que, de alguna manera, muestra su visión como diseñadora. Una vez finalizada su formación como diseñadora de moda, Ione Iruretagoiena se enfrentaba al reto de trasladar sus Desde niña tenía claro lo que quería ser de mayor y a base de una formación orientada a ese camino y de la valentía necesaria para emprender, esta donostiarra tiene su propia marca y su tienda de moda en Morlans conocimientos y su idea de empresa a la realidad: «Al volver de Barcelona hice un curso de emprendimiento, puesto que la carrera carecía de formación en ese sentido y, evidentemente, si quieres tener una empresa, debes tener una mínima idea de cómo gestionarla y del papeleo que requiere fundarla. A través de Explorer inició un curso «en el que te ayudaban de manera personal a llevar a cabo tu idea de empresa» y siguiendo esas pautas constituyó la marca Ione Iruretagoiena. «Empecé vendiendo camisetas y sudaderas», una línea de moda que podría llegar a más público que los vestidos y o la colección que había preparado para el Trabajo de Fin de Grado. Fue un éxito: «Empecé a vender las prendas por Internet y gustaron» y esas ventas fue lo que le dio un refuerzo económico para poder acometer su verdadero sueño: diseñar vestidos de novia y abrir su propia tienda. La pandemia como punto de inflexión Las personas que se han lanzado a emprender durante los últimos años se han visto claramente condicionadas por la pandemia. Ione recuerda cómo en aquel momento «me dediqué a hacer mascarillas, porque no podíamos hacer nada». Afortunadamente, desde entonces, todo ha ido a mejor a base de esfuerzo y visión: «Puse todas mis ganas en cumplir mi sueño y, con la ayuda de la familia y metiendo muchas horas, empecé a hacer vestidos de novia e invitadas a medida». Fue esa otra vertiente de su negocio -para entonces ya tenía su línea de ropa- la que finalmente le llevó a abrir la tienda de moda: «Empecé en casa con un pequeño atelier, pero necesitaba sitio y allí, entre las cajas de material, de las camisetas y demás no lo tenía, con lo que al final aposté por abrir la tienda en Morlans». Una vez lanzada la tienda ya se siente cómoda en el entorno y va dominando las cuestiones propias de liderar un comercio, una empresa y una marca de moda al mismo tiempo: «Al final, día a día se aprende mucho y acabas sabiendo dónde merece la pena invertir y cómo puedes ganar dinero». Atrás quedan esos tiempos de duda y de complejidad por lanzarse a algo completamente nuevo. Al margen de la pandemia, Ione Iruretagoiena recuerda cómo fueron complejos esos momentos iniciales en los que la falta de experiencia era un problema. Hoy en día sigue enfrentándose a dificultades, la más compleja, a su juicio, el hecho de estar sola en el negocio: «Al final es muy difícil no tener a nadie alrededor que sepa de moda y que te pueda servir como apoyo para dar solución a alguna de las dudas que te puedan surgir». Apoyo al emprendimiento y la moda Durante su ponencia, Ione Iruretagoiena quiso poner de relieve la importancia de contar con un entorno que apoye el emprendimiento y, particularmente, en el mundo del comercio y de la moda. Recordó cómo sus compañeros de Barcelona le hicieron ver la suerte con la que contaba por disponer en la capital guipuzcoana de una línea de ayudas que en la Ciudad Condal no disponían. No obstante, más allá de las ayudas, han sido la determinación y la solvencia que ha mostrado Ione Iruretagoiena las que le han permitido estar en el lugar en el que se encuentra hoy y servir como ejemplo a todas aquellas personas que sueñan con el autoempleo y con dedicarse al trabajo con el que siempre han soñado. Desde el estrado, esta joven donostiarra animó a todos los estudiantes que le escucharon a cumplir sus propios sueños. TODA LA VIDA CON UNA IDEA EN LA CABEZA: SER DISEÑADORA DE MODA UNOS DISEÑOS QUE GUSTARON El showroom que montó el evento de emprendimiento Ekinn en las instalaciones del Reale Arena era una gran oportunidad para mostrarse y Ione Iruretagoiena llevó hasta allí una muestra representativa de la tienda que regenta en Morlans. Los diseños de la donostiarra gustaron entre los jóvenes, que se interesaron por su línea de camisetas, bolsos y sudaderas, así como por las prendas más representativas de sus colecciones y por algunos de los diseños propios que expuso. «Puse todas mis ganas en cumplir mi sueño y, con la ayuda de la familia y muchas horas, lo logré» IONE IRURETAGOIENA Diseñadora de moda Ione Iruretagoiena posa junto a las prendas que expuso en el showroom del Reale Arena. Vender polos en Donostia. La idea parece aventurada. Lo es. Incluso loca. Probablemente también. Quizá por eso no pueda haber un nombre más adecuado para la empresa de Iñigo Galdona y Oier Almandoz que Loco Polo. En solo seis años ese nombre ya se ha colado en el imaginario de los amantes del helado de Donostia. Sus polos de la calle Narrika los conocen ya muchísimos donostiarras y han exportado el modelo de negocio por España y Francia. Al punto de que están cerca de abrir su primera tienda en Dubái. Iñigo Galdona estuvo en el evento de emprendimiento Ekinn explicando cómo surgió Loco Polo y cómo ha ido superando etapas para llegar al dulce momento que hoy vive la empresa. Todo comenzó con el portazo de nueve bancos a su solicitud de financiación para hacerse con los fondos necesarios para empezar con un local en la calle Narrika, pero no se rindieron y, ante la última de las entidades financieras, Galdona dijo que «no me levantaría hasta que me dieran el dinero porque tenía firmados cinco años de alquiler de obligado cumplimiento en el local de la calle Narrika». Finalmente, gracias a la tenacidad propia de los emprendedores, consiguió el ansiado ‘sí’. Logró también la financiación de Elkargi tras presentare ante el director de riesgos «con un polo de tarta de queso». Para entonces su producto ya iba tomando forma, como las obras de su local de la calle Narrika. A través de sus polos busca «cambiar el concepto de los misLoco Polo no solo se ha establecido en la capital guipuzcoana a base de cambiar el concepto de los polos, sino que ha exportado su modelo a España y Francia y está cerca de abrir su primer establecimiento en Dubái mos. Nosotros quisimos hacer algo distinto. Un polo cremoso, con relleno, que supiera diferente». La tienda de la calle Narrika cayó de pie y poco después pudieron abrir otra más adelante, justo enfrente de la competencia. Ante la Heladería Boulevard: «Surgió la oportunidad de coger ese local en 2021. Era meternos en la boca del lobo, frente a la quinta heladería que más vende de España, pero el producto es diferente y Loco Polo también está funcionando frente a la Heladería Boulevard». El modelo Loco Polo empezó a llamar la atención de los inversores. «El primer año nos llamaron 17 personas para franquiciar», explicó Galdona. Pero no lo vieron claro: «No tenía sentido porque teníamos que tener la producción bajo control, la marca, el formato de venta...». Galdona hizo hincapié en la importancia de crecer de forma sostenible y en la importancia de «disfrutar de conseguir los objetivos». Era evidente que su proyecto tenía escalabilidad y no tardó en demostrarse: «Hoy tenemos diez tiendas entre España y Francia, varios quioscos o ‘pop ups’ y multitud de minicórneres» en los que se pueden comprar Loco Polo. Ahora, en 2024, llega un año clave para la empresa, considerado por sus socios como un año para el crecimiento. Lo pretende hacer en base a Locobó, un bombón que no se derrite y que es termorreversible: «Durante la pandemia no pudimos vender y estuvimos a dos o tres semanas de cerrar el chiringuito», recuerda Iñigo Galdona. «Podíamos llorar o ir al obrador y pensar en qué hacer. Empezamos a mejorar procesos y se nos ocurrió que podíamos hacer un pequeño bombón que no se derritiera», expresa. Para intentar llevarlo a cabo juntaron a dos consultores de Basque Culinary Center. «Me dijeron a ver si estaba chalado. Hoy en día tenemos un bombón que no se derrite, que podemos descongelarlo sin que se derrita y que podemos volver a congelarlo sin que pierda ni propiedades ni estructura». Para llevar a cabo esta nueva apuesta buscaron fuentes de financiación porque ante un «proyecto de tanta escalabilidad, necesitamos recursos para crecer más rápido. Encontramos un americano que decidió invertir dos millones de euros». A estos niveles no es tanto: «Hemos comprado una máquina de polos que cuesta casi medio millón, estamos haciendo reformas en el obrador y hemos pasado de ser cinco personas a ser 18 en la oficina». Durante estos seis primeros años de vida, el objetivo de Loco Polo no ha sido crecer en ventas, sino «darle forma y sostenibilidad al proyecto». Ahora, después de esa fase, están ante un año ilusionante en el que Loco Polo pretende dar un paso más con Locobó. Han sido seis años frenéticos que Galdona y Almandoz confían en seguir escalando con un proyecto ganador. LA LOCA IDEA DE VENDER POLOS EN DONOSTIA LOCO POLO INNOVADOR HELADO DE PALO VASCO TODOS PROBARON LOCO POLO EN EL SHOWROOM Iñigo Galdona llevó al showroom que Ekinn montó en el Reale Arena Locobó, el último lanzamiento de Polo Loco. Es un bombón congelado, que se puede descongelar y volver a congelar, lo que supone un producto totalmente innovador. Los asistentes al evento de emprendimiento Ekinn hicieron cola para probar estos pequeños bombones que triunfaron entre los jóvenes estudiantes. Los creadores de esta innovación gastronómica esperan el mismo éxito en el mercado, ya que es un producto prácticamente único. «Quisimos hacer algo distinto: un polo cremoso, con relleno, que supiera diferente» IÑIGO GALDONA Socio de Loco Polo Iñigo Galdona, con una muestra de Locobó, los bombones helados que se pueden descongelar y volver a congelar.
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