Suplemento especial Suplemento especial 6 I APOSTANDO POR EL COMERCIO APOSTANDO POR EL COMERCIO I 7 A Aitor Torre se le ocurrió un día coger uno de los dibujos que había hecho y llevarlo a una tienda de souvenirs para que se lo estamparan en una sudadera. Al día siguiente se la puso y se fue con los amigos. El look triunfó. En ocasiones las ideas ganadoras surgen así, de forma espontánea y con un componente de casualidad. Aquella iniciativa de llevar una sudadera a serigrafiar, Aitor Torre y Joanes Chaparro la convirtieron en lo que hoy en día es Botelli, una reconocida marca de moda urban que se ha hecho un hueco en el mercado y que se puede encontrar en diversos puntos de venta de Donostia y Madrid. Y si ha llegado a este punto ha sido gracias al trabajo de un grupo de amigos que creyó en una idea que en un principio parecía alocada, pero que hoy en día es una empresa en la que sus socios disfrutan de su trabajo. Esta es otra de las características del emprendedor, que convierte su sueño en su trabajo. Si disfrutas de tu trabajo nunca trabajas, dicen. Aitor Torre estampó un dibujo en una sudadera y, junto a Joanes Chaparro, lo convirtió en el germen de Botelli, que hoy es una marca de moda urban reconocida gracias al trabajo de un grupo de amigos que empezó en un garaje de Intxaurrondo Pero volvamos al principio, a esa aparición de Aitor con la sudadera creada con su propio dibujo. Contó la historia con detalle en el auditorio del Reale Arena, en el evento de emprendimiento Ekinn: «Al verme con la camiseta apareció Joanes, una figura optimista y entusiasta que siempre es esencial para iniciar un proyecto. Y pensamos en poner dinero para comprar la máquina. De la nada, habíamos decidido empezar a hacer ropa; una marca, como en su día hizo Lasai». Aitor recordó cómo «toda la cuadrilla estaba motivada». Lo siguiente, obviamente, era buscar un nombre. «Pensamos en Botere (poder en euskera) y alguien dijo: ‘¿por qué no Botelli y le damos un toque italiano?’». Ya tenían el nombre. Pero aún faltaban muchas cosas. No tenían muchos recursos. «Joanes y yo teníamos algunos ahorros y nos compramos una mesa para serigrafiar en mi garaje. Y empezamos a hacer nuestras prendas manualmente. Fue un proceso largo y tedioso, pero conseguimos hacerlo», recuerda. Instagram como herramienta Ya con la primera tirada de ropa en la mano, el siguiente paso era darla a conocer: «La sacamos a la luz por Instagram y se creó una marca de ropa que hoy en día es una empresa con un equipo de trabajo que es de la cuadrilla». Tras esos inicios en la red social Instagram, Botelli fue creciendo: «Luego hicimos una página web y desde hace dos o tres años vendemos en Pukas, LaPlaza Skateshop, Intensity y en algunas tiendas de Madrid». Recuerda Aitor Torre que inicialmente el marketing era de lo más rudimentario: «Poníamos pegatinas y a través de los carteles nos hemos dado a conocer». Torre citó como una de las claves del éxito «mantener el optimismo con el que empezamos, echarle cara y seguir hacia adelante en todo momento». Con esa receta han llegado a un punto en el que son una marca urban reconocida y miran al futuro con el mismo optimismo con el que lo han hecho siempre: «Nuestra idea es seguir agrandando nuestra presencia en las tiendas y también hay empresas de cáterin que nos han contactado para que les hagamos su propia ropa al por mayor». Preguntados por si sueñan con tener su propia tienda, tiraron de realismo en el Reale Arena: «Claro que nos gustaría, pero es muy difícil montar en Donostia una tienda con una sola marca. Solo tienen las grandes marcas internacionales». Los complicados inicios Los jóvenes que estuvieron presentes en el auditorio del Reale Arena tomaron la palabra para preguntarles sus inquietudes sobre el proyecto. Querían saber, sobre todo, cuáles fueron las principales dificultades con las que se encontraron y Aitor Torre no dudó al señalar que lo más complejo del camino fueron los inicios: «Superar esa primera etapa fue difícil. Éramos chavales de 18 o 19 años que empezamos con poco más de 300 euros cada uno. Nos costó alcanzar la capacidad para crear más de siete sudaderas y 12 camisetas». Esos tiempos ya son historia y Botelli camina con firmeza en busca de seguir consolidando su proyecto y de estar presente cada vez en más tiendas y en más espacios comerciales para continuar con el crecimiento. UNA MARCA QUE NACE DE LA ILUSIÓN DE UNA CUADRILLA Aitor Torre y Joanes Chaparro posan junto a los diseños que expusieron en el showroom del Reale Arena. «De la nada decidimos empezar a hacer ropa, crear una marca» AITOR TORRE Socio de Botelli BOTELLI HARDWEAR ROPA URBAN UNA ROPA QUE TRIUNFA ENTRE LOS JÓVENES Aitor Torre y Joanes Chaparro llevaron al Reale Arena una parte de su catálogo para que los jóvenes que asistieron al evento de emprendimiento Ekinn pudieran ver las prendas que crean en Botelli. La exposición de la marca donostiarra tuvo mucho éxito en el showroom y muchos jóvenes se acercaron y se interesaron por los diferentes diseños que allí expusieron Aitor Torre y Joanes Chaparro, que explicaron a quien quiso cualquier detalle sobre la elaboración de sus prendas y sobre las curiosidades que surgieran. FOMENTO SAN SEBASTIÁN CHOC ARTE PRODUCTOS ARTESANALES DE CHOCOLATE La clave muchas veces está en hacer algo distinto, en diferenciarse con algo novedoso, que nadie en el sector lo haya puesto en práctica. Uno de los ejemplos claros es el caso de éxito de Choc Arte, cuyas líneas maestras compartió con los estudiantes Hodei San Buenaventura en el marco del evento de emprendimiento Ekinn. Hodei se embarcó junto a su socio Eirik Navarro en un dulce proyecto con el chocolate como bandera. Entre los dos hacen hoy del chocolate arte y arte con el chocolate en la donostiarra calle Bengoetxea, donde se han hecho con una fiel clientela y están teniendo unos primeros años de éxito con su chocolatería-confitería artesana. Allí puedes encontrar chocolate en todos sus formatos y, sobre todo, y esto es lo que marca la diferencia, apto para todos los públicos, dado que cuentan con chocolate sin gluten, libre de alérgenos, para alérgicos a la lactosa... San Buenaventura contó en el auditorio del Reale Arena cómo empezó todo y cómo ha sido el camino suyo y el de su socio hasta el punto en el que se encuentran ahora. Los dos estudiaron juntos e hicieron las prácticas en dos establecimientos relacionados con la repostería: «A mi me tocó en una pastelería y mi compañero Eirik hizo las prácticas en una chocolatería». Fue a Eirik a quien le entró el gusanillo de trabajar el chocolate: «Empezó a formarse en el chocolate clásico y yo busqué una chocolatería en Zaragoza para aprender» ya con la vista puesta en montar juntos un negocio como el que hoy regentan. «Yo aprendía a hacer figuras y a manejar el chocolate de otra manera y fue entonces cuando lo tuve claro: esto es lo nuestro, tenemos que abrir un negocio de chocolate», explicó Hodei. Su idea era «abrir el chocolate a todo el mundo. Siempre lo hemos visto en tableta, pero al estudiar sobre él vimos que tenía un mundo mucho más amplio». Hodei San Buenaventura detalló para los jóvenes asistentes cómo fue el proceso de apertura: «Empezamos con todo el papeleo. Cogimos la información que necesitábamos y uno de los primeros apoyos que encontramos fue FoHodei San Buenaventura y Eirik Navarro triunfan con una chocolatería artesanal en la que elaboran exquisiteces de cara al público en la calle Bengoetxea de Donostia mento, con los cursos. Allí nos ayudaron a hacer todos los trámites que requiere formar una empresa y te dan unas bases que te ayudan a ir formando la empresa». Una vez superados esos primeros pasos, es fundamental «ver si el negocio es viable. Se trata de mirar los números, saber si hay público para desarrollar el negocio... Nosotros llegamos a la conclusión de que era posible». Los meses más duros Hodei San Buenaventura citó como los meses más duros los que conllevaron la elección del local idóneo y su acondicionamiento: «Había que buscar local y queríamos una zona céntrica para atraer a la gente de la provincia. Buscábamos una zona de paso pero, claro, los precios eran desorbitados». Hasta que se toparon con este local de la calle Bengoetxea: «Vimos que podía valer porque nuestra idea era trabajar de cara al público y este disponía de un escaparate. A partir de ahí contactamos con un arquitecto para ir diseñando el local y preparando las obras, mientras buscas proveedores, herramienta, mobiliario...». El ansiado día Todo hasta que llega el ansiado día en el que abres el negocio: «Es un día muy bonito, pero luego está la otra parte», recordó a los jóvenes: «Tienes que meter todas las horas del mundo y todas las ganas del mundo. No hay otra cosa que tirar hacia adelante». Con esa receta vieron desde el primer día que las cosas funcionaban. Pero, ¿cuál fue la clave del éxito?: «Nosotros nos decidimos por sacar el chocolate de lo básico. Estaba muy limitado a tabletas y nos centramos en abrir el chocolate a las figuras y a cosas que pudiera comer todo el mundo, que no tuviera alérgenos, que fuera sin gluten... Que todos pudieran llevarse algo». Al fin y al cabo se trata de distinguirse: «Tenemos muchos productos y todos distintos precisamente porque hay que diferenciarse. Puedes hacer lo básico, pero se trata de innovar». En Choc Arte también realizan pedidos personalizados y todo con una materia prima de primera calidad: «Hay que elegir muy bien los proveedores. Nosotros les pedimos calidad y sostenibilidad. No buscamos el producto más barato, sino algo de calidad, aunque luego implique que tenga su precio». Por eso, «nuestro chocolate es totalmente distinto al de cualquier otro». Para probarlo, basta con pasarse por Choc Arte, en la calle Bengoetxea. CUANDO LA PASIÓN POR EL CHOCOLATE SE CONVIERTE EN ARTE Hodei San Buenaventura muestra una de las figuras de chocolate que elaboran en Choc Arte. «Tenemos muchos productos y todos distintos porque hay que diferenciarse» HODEI SAN BUENAVENTURA Socio de Choc Arte EL RINCÓN DULCE DEL SHOWROOM Choc Arte puso una pequeña muestra de lo que se puede encontrar en su chocolatería de la calle Bengoetxea en el showroom que tuvo lugar en el marco del evento de emprendimiento Ekinn en el Reale Arena. Fueron muchos los jóvenes que se acercaron a admirar el trabajo de Hodei y Eirik. Las figuras llamaban la atención, pero también la variedad y el colorido de sus creaciones. Auténticas obras de arte de chocolate que gustaron mucho entre los asistentes al evento en el Reale Arena.
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