63 IDENTIDAD LOCAL DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN ALAITZ ANDONEGUI EMPRENDIÓ HACE 21 AÑOS ESTE PROYECTO QUE, CON LA CERÁMICA COMO BASE, COMBINA EL ARTE FUNERARIO CON UNA VERTIENTE MÁS CREATIVA DE PLASMAR HISTORIAS, EMOCIONES Y PENSAMIENTOS DRUYEN FOTOCERÁMICA Virgen del Carmen, 69 DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN 943 29 34 82 info@druyenfotoceramica.com Redes sociales: Druyen Fotocerámica / Alaitz Donostia @druyenfotoceramica wwww.druyenfotocerámica.com Universo de arte cerámico original y creativo La fotocerámica es una técnica artística específica que ha vivido un auge en los últimos años y sobre la que pivotan proyectos como Druyen. Emprendido por Alaitz Andonegui hace 21 años, ha logrado consolidarse como uno de los comercios artísticos de la capital guipuzcoana, aunque su alcance traspasa, no solo las paredes de su taller-tienda del barrio de Egia, sino también las fronteras del territorio. Druyen Fotocerámica propone sumergirnos en un universo de arte cerámico original y creativo compuesto por dos principales vertientes artísticas. Por un lado, el arte funerario que consiste en, a través de la técnica de la fotocerámica, realizar con imágenes de difuntos ornamentación para lápidas que se vuelcan en el cementerio. Esta línea se combina, por otro lado, con un aspecto más creativo y experimental del que resultan cerámicas artesanales decorativas: platos, tazas, baldosas, etc. Detrás de Druyen está el talento, la pasión y la inspiración de Alaitz Andonegui. Licenciada en Bellas Artes en 1999, se marchó a Italia a realizar prácticas en un estudio de fotografía, país en el que se inició profesionalmente en el mundo de la fotocerámica trabajando para una empresa local. En 2004, regresó a Donostia para emprender su propio proyecto y así nació Druyen. Lo hizo en un pequeño taller ubicado en la avenida Alcalde José Elósegui, frente al restaurante Arzak, aunque cumplida la década este se quedó pequeño y tuvo que trasladarse. Piezas personalizadas y únicas Así, Druyen encontró una nueva ‘casa’ en el barrio de Egia que, con mayor espacio para albergar su taller y tienda, permitió avanzar y hacer crecer el proyecto, ampliando y diversificando su oferta de productos. En la actualidad, en Druyen conviven ese arte funerario que permite rendir un bonito y sentido homenaje a la persona fallecida, con una vertiente más creativa y experimental de crear piezas únicas. En esta segunda línea también existe la opción de personalizar la cerámica, plasmando historias, pensamientos y emociones que transmite la clientela en piezas de cerámica únicas y exclusivas. Cada trabajo que firma Alaitz Andonegui es fruto, no solo de la personalización, sino de la escucha, la empatía y la dedicación que vuelca en cada pieza y proyecto. Porque Druyen defiende la importancia del valor artesanal, creando cada pieza individualmente, a mano, con cura y cariño. Al mismo tiempo que ‘salsea’ con cerámica, esmaltes, pinceles... también lo hace con imágenes y fotografías, trabajando retoques fotográficos que derivan en la creación de imágenes únicas y exclusivas. Dando forma a tus ideas En cualquiera de las vertientes artísticas practicadas se puede encontrar artesanía, paciencia y mimo. En definitiva, la dedicación de una artista apasionada por un trabajo que le divierte y le llena; una pasión que queda patente en cada una de las piezas que crea, si son de fabricación propia; o que decora, ya que también trabaja con piezas industriales. En ambos casos, la técnica consiste en trabajar unas calcomanías con tintas que se terminan ‘imprimiendo’ en un horno a 890º C, logrando que cada imagen quede vitrificada en la cerámica y perdure eternamente. La excelente calidad del resultado final se combina con una atención cercana y atenta. Porque las puertas de Druyen están abiertas para recibir y escuchar a toda persona que tenga una idea y, por supuesto, darle forma de manera personalizada y adaptada a cada necesidad. Junto con la continua formación e innovación de Alaitz para la mejora constante del producto y servicios ofrecidos, esas son las señas de identidad de un comercio con una esencia única. Larga vida a Druyen y su arte cerámico.
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