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11 SUPLEMENTO ESPECIAL Diciembre de 2024 ¿Qué hace la Diputación para ayudar a las pymes en ese camino? Lo primero, destacaría que existe una interlocución directa y constante, una relación de cercanía y colaboración. Somos un territorio pequeño y nos conocemos todos. La diputada general, Eider Mendoza, ha estado in situ en más de 50 empresas desde que comenzó la legislatura. La vocación de la Diputación es ser aliada, compañera de viaje de la pyme en ese camino transformador. Para eso, pese a no ser una competencia directa de la institución, tenemos programas de ayudas directas de más de 10 millones, complementando las de otras instituciones, un esfuerzo económico importante. Actuamos también a través de la fiscalidad, apoyando por ejemplo a las startup innovadoras, y ofreciendo liquidez cuando ha hecho falta, como sucedió durante la pandemia. Y, por último, estamos desplegando centros y estrategias de referencia en ámbitos estratégicos como la ciberseguridad, la movilidad inteligente y sostenible, terapias avanzadas o las tecnologías cuánticas, que ya son un soporte muy importante y lo van a ser aún más. ¿Extender la innovación a las pymes es la asignatura pendiente? Es cierto que hay una brecha existente entre las empresas tractoras y gran parte de las pymes, que tenemos que reducir para que estas sigan siendo competitivas en sus cadenas de valor y generen nuevas oportunidades de negocio. En ese sentido, estamos llevando a cabo un proyecto piloto para aplicar el conocimiento avanzado de nuestra red de I+D en las pymes que pronto presentaremos. También tenemos un margen de mejora en todo lo relacionado con la innovación no-tecnológica: procesos, marketing, organización empresarial… No nos cuesta reinvertir en la mejor maquinaria, pero sí más en intangibles y personas, algo necesario para aprovechar todo el potencial de la innovación. Mencionaba antes las ayudas del departamento. ¿A qué ámbitos concretos se destinan? A todos aquellos que consideramos esenciales para consolidar la actividad económica y generar nueva: transformación digital, sostenibilidad y economía verde, competitividad, calidad del empleo, nuevos modelos de organización, talento, internacionalización, impulso a la participación de los y las trabajadoras en la empresa, a los procesos de relevo en la propiedad, apoyo a las personas emprendedoras... Siendo los desafíos compartidos, la situación de cada empresa es distinta. ¿Cómo adaptan las ayudas a esa realidad diversa? Incluyendo distintas líneas adaptadas a cada una de esas realidades. Un buen ejemplo es el programa Gipuzkoa Digitala, dirigido a la transformación digital. Lo pusimos en marcha en 2021 y, desde entonces, hemos ayudado a más de 300 empresas. Da cabida a aquellas que están dando sus primeros pasos en esta materia, a los que apoyamos en colaboración con todas las agencias de desarrollo. Pero también tiene otra línea para las más avanzadas, aquellas que teniendo ya sensorizados sus productos y procesos, quieran aprovechar el dato para ser más eficientes, o incluso para diversificar su actividad ofreciendo servicios de alto valor añadido. La acogida del programa ha sido espectacular. La economía del futuro será digital, pero también verde. Hay que avanzar en la descarbonización, la reducción de residuos y del consumo de recursos naturales, acompasando los tiempos, pero sin pausa. No hay planeta ‘B’. Es una exigencia, sí, pero también una oportunidad. En Gipuzkoa tenemos empresas referentes en la economía circular y el reciclaje, y centros de investigación especializados en la materia. Aprovechémoslo. Una de las preocupaciones de las empresas es la falta de personas y, especialmente, de determinados perfiles. ¿Cuál es la solución? Es un reto de territorio y de país. Simplificando mucho, citaría tres claves: por un lado, tenemos que generarlo, proporcionar a las generaciones presentes y futuras las capacidades necesarias para que desarrollen todo su potencial, teniendo en cuenta nuestro ADN industrial y la necesidad de perfiles adaptados al mismo. Luego, para fidelizar a ese talento, y para atraer el que está en el extranjero pero que necesitamos, es esencial contar con proyectos empresariales atractivos a todos los niveles. Y, por último, tenemos que saber interpretar el momento, los cambios que se están produciendo en la forma en que las personas, especialmente las más jóvenes, perciben el mundo del trabajo, para adaptar nuestra cultura empresarial. Citaba el reto del tamaño. ¿Cómo actúa la Diputación para abordarlo? La Diputación ha aprovechado al máximo su competencia fiscal para generar una industria de inversión ‘kilómetro cero’, con visión de territorio, que contribuye a capitalizar y arraigar los proyectos, manteniendo aquí los centros de decisión. El papel de Jabier Larrañaga, primero, y de Jokin Perona, después, ha sido muy importante. Hoy en día tenemos una industria de inversión en crecimiento, que ofrece ese acompañamiento especializado tan necesario para que los proyectos innovadores ganen músculo. Aportando financiación sí, pero también cercanía, conocimiento de los mercados internos e internacionales, de posibles alianzas, visión estratégica… Por supuesto, todavía tenemos un camino que recorrer y seguiremos apostando también desde los presupuestos en seguir desarrollando la industria de inversión. ¿Cómo contribuyen proyectos como MUBIL o ZIUR a las pymes? De distintas formas: ofreciendo infraestructuras tecnológicas de primer nivel para probar productos y servicios, generando y compartiendo conocimiento avanzado, apoyando la creación de nuevos negocios, la colaboración entre empresas… ¿Qué espera de 2025 respecto a los proyectos estratégicos? Siempre decimos que hemos recorrido ya un camino muy importante pero que lo mejor está por llegar y, en este sentido, el año que viene va a ser un hito dentro de esa hoja de ruta. Por citar dos, a principios de año el centro MUBIL va a estar plenamente operativo, con unos laboratorios ‘top’ a nivel europeo. A lo que hay que sumar las futuras instalaciones de Cidetec, Vicomtech y Tecnalia en Eskuzaitzeta, todas las iniciativas que vienen desarrollando los distintos agentes que componen el Polo como otros centros tecnológicos, asociaciones, empresas, o el trabajo que estamos haciendo junto a la cadena de valor del sector de la automoción para fortalecernos ante las transformaciones. En cuanto a las tecnologías cuánticas, se va a instalar el sexto superordenador de IBM en el mundo y se va a generar todo un ecosistema de talento y emprendimiento. Las perspectivas son ilusionantes. «Destacaría tres fortalezas: nuestro ADN industrial, nuestro buen posicionamiento en sectores de alto valor añadido y nuestra visión a largo plazo» Ane Insausti, diputada de Promoción Económica y Proyectos Estratégicos, está convencida de que, mirando a 2025, «las perspectivas son ilusionantes».

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