90 años de El Diario Vasco con el comercio guipuzcoano

30 • Platino • FUNDACIÓN CON EL COMERCIO GUIPUZCOANO DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN Azpeitia, 3 DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN 943 45 01 35 BAlmacenes Ferrer V@almacenesferrer ALMACENES FERRER De una historia de amor vasco-catalana surge este casi centenario comercio textil, referente en variedad y calidad de género y, sobre todo, en la entrega de un equipo dirigido por la cuarta generación 1927 Si no lo encuentras aquí, no busques más ¡Ojo! A tres de cien. A tres años de cumplir un siglo está Almacenes Ferrer, el que posiblemente sea el comercio textil más completo de la provincia. Aunque más que un comercio, Almacenes Ferrer es una historia de amor y de cariño. Una historia que arrancó con la visita a Donostia de Celestino Ferrer, oriundo de Caldas de Malavella, tierra que acoge los manantiales del agua Vichy y que podría explicar la procedencia de esa chispa tan maravillosa como sana que caracteriza a esta saga familiar. Sea como fuere, en su estancia en la capital guipuzcoana, Celestino conoció y quedó prendado de María Errasti, donostiarra que le incitó a emprender su propio negocio. Lo que empezó como una paquetería en la calle Prim, se transformó, en 1959 y de la mano de la segunda generación que encarnó Fernando Ferrer, en un comercio, trasladándose a la calle Azpeitia donde continúa ubicada en la actualidad. Y lo hace convertida en la tienda ‘de todo’ referente en el territorio. A ello ha contribuido durante muchos años Maite Ferrer, y lo sigue haciendo esa cuarta generación al pie del cañón que son los hermanos Bárbara y Álvaro Granda Ferrer. No es raro escuchar aquello de «Si no lo encuentras en Almacenes Ferrer, no lo busques en ningún otro sitio». Y es que con un extenso catálogo de 5.230 artículos, su establecimiento es una oda al textil en todas sus formas y usos y para todas las edades y estilos. Ropa desde para bebé hasta para adultos, de calle y de estar por casa, ropa interior y de baño, lencería, textil de hogar con todo tipo de ropa de cama, también para la cocina y el baño… No exagera quien dice que en Almacenes Ferrer venden de todo y para todos. Y si no tienen algo, no paran de buscarlo hasta conseguirlo. El secreto está en el trato Rozar el centenario no es fruto de la casualidad, sino del trabajo bien hecho durante mucho tiempo. La trayectoria de Almacenes Ferrer está marcada por el coraje, la ilusión y la pasión por servir a cada persona que entra por su puerta con la mejor calidad y la mejor atención posible. Huelga decir que, para ello, apuestan por esa máxima calidad y por dar espacio a las empresas nacionales; mientras que en el ámbito del trato con la clientela, Almacenes Ferrer representa a la perfección la esencia de las tiendas de toda la vida: sonrisa, asesoramiento y entrega por lograr un cliente satisfecho y que quiera volver. Esa irrenunciable alma y vocación de servir tan característica del comercio de cercanía ha llevado a Almacenes Ferrer a cosecharse la fidelidad de una clientela de generaciones. Casi cien años llevan vistiendo a familias enteras, no solo donostiarras, sino también guipuzcoanas, así como a hogares de todo el territorio. Un éxito rotundo que se acentúa aún más si se tiene en cuenta que Almacenes Ferrer no vende vía online, ni se plantea hacerlo. Porque ello supondría desprenderse de su esencia, de ese trato con el público, de ese esfuerzo por montar el escaparate, de escribir a mano y con gracia cada letrero… Una forma de hacer de las que apenas quedan y a la que hay que sumar una actividad multidisciplinar que trasciende el vender, pues disponen, asimismo, de otros servicios complementarios de arreglos y modista, de tintorería… Dos distintivos: la ‘r’ y el ‘¡Ojo!’ Un siglo da para mucho. Vivencias, anécdotas, recuerdos de todo tipo conforman la trayectoria de Almacenes Ferrer, tienda conocida y reconocida principalmente por dos signos distintivos. Por un lado, esa característica ‘r’ de su grafía, de origen desconocido, pero acuñada por Fernando Ferrer; y, por otro lado, ese ‘¡Ojo!’ que escriben habitualmente en la papelería expuesta en su escaparate e interior, y que procede de la expresión ‘¡Ojo al precinto!’ con la que marcaban la mercancía en la época de paquetería. Y cómo olvidar esas memorables y sonadísimas cuñas radiofónicas que, de rima fácil y pegadiza, han quedado grabadas en la memoria de tantos y tantas guipuzcoanos. ¿Recuerdan? «En Amara, calle Azpeitia uno y tres: ¡soluciones Ferrerrrrrrr!». Cuatro generaciones Ferrer llevan casi un siglo vistiendo familias y hogares, no solo de Donostia, sino de toda Gipuzkoa

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