90 años de El Diario Vasco con el comercio guipuzcoano

28 • Platino • FUNDACIÓN CON EL COMERCIO GUIPUZCOANO DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN San Martín, 56 Matía, 3 DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN 943 46 08 70 espolosincarniceria.com CARNICERÍA ESPOLOSÍN 1926 Esta carnicería, que está a punto de cumplir 100 años, sirvió a la Casa Real y, sobre todo, ha respondido siempre con cercanía y calidad a la exigencia de sus clientes a través de tres generaciones Una carne que sedujo a Alfonso XIII Hablar de Carnicería Espolosín es hablar de un comercio que está cerca de soplar las 100 velas. Palabras mayores. Muchos años convenciendo a mucha gente a base de traer buen género hasta su local de la calle San Martín. Y entre todos esos que han quedado seducidos por su buena carne, está hasta Alfonso XIII. Los antiguos propietarios del local atendían a la propia Casa Real, que quedó prendada de la calidad de sus piezas de carne. Todo empezó en el año 1926. En plena Belle Époque, cuando Donostia ya era destino de las élites veraneantes. Antes Cayetano Iraeta ya tenía un puesto en el Mercado de San Martín y, animada por lo bien que le iba a su hermano en la capital, Josefa Iraeta dejó EzkioItsaso para trasladarse a Donostia con la intención de abrir una carnicería en la calle San Martín. Llamaron a un joven para trabajar: José Espolosín. Aquel joven terminaría casándose con Josefa Iraeta y llevando un negocio que no tardó en hacerse con la gente del barrio a base de una apuesta por la calidad y por una atención que acabó creando una gran familia en torno a sus clientes. Durante casi 100 años, este pequeño local de la calle San Martín ha sido testigo de infinidad de episodios a lo largo de la historia, aunque cabe destacar el importante papel que jugó durante la Guerra Civil. Tiempos de hambruna y de cartillas de racionamiento en los que las familias se apiñaban a las puertas del establecimiento desde las cinco de la mañana a la espera de que entrara algo de género en unos momentos en los que no era sencillo abastecerse. Calidad y atención, receta atemporal En esos momentos tan duros, Carnicería Espolosín también estuvo al lado de sus clientes. José y Josefa cuidaban de los suyos y esa devoción por atender bien y con cercanía la heredaron las siguientes generaciones. Posteriormente, fueron Javier y Olatz quienes se hicieron con el negocio y el último relevo generacional lo tomó Alexander, que no ha tenido sino que aplicar la receta que siempre ha funcionado en este txoko del Centro de Donostia: apuesta por la calidad y buena atención. La experiencia de quien se ha criado en una familia de carniceros es crucial a la hora de la selección de las mejores piezas de carne y de ofrecerle al cliente el mejor asesoramiento. A esto hay que añadir una gran oferta de charcutería, entre la que se puede encontrar ibéricos de calidad y los precocinados que en los últimos años están ganando fuerza en una sociedad que cada vez tiene menos tiempo para cocinar. Espolosín también ofrece producto ya asado, como el pollo o el cordero. Su expositor de la calle San Martín brilla con luz propia y es todo un reclamo. Género de calidad y una gran atención: esa es la receta que ha ido pasando de generación en generación en Carnicería Espolosin

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