90 años de El Diario Vasco con el comercio guipuzcoano

21 SUPLEMENTO ESPECIAL Sábado 29 de junio de 2024 • Platino • FUNDACIÓN ORDIZIA Plaza Mayor, 5 ORDIZIA 943 88 04 33 678 296 746 V@garin_okindegia PANADERÍA GARIN 1904 Cuatro generaciones familiares y la lealtad al buen producto han acompañado a este comercio con 120 años de vida «¿Nos casamos?» Una simple pregunta tuvo una gran respuesta: «Sí». Juan José Garin y Eulogia Alberdi se habían comprometido a iniciar una nueva vida juntos. Su compromiso trascendía lo familiar porque además fundaron una empresa: Panadería Garin, en el año 1904. Despuntaba el siglo XX cuando Juan José dejó atrás el caserío que lo vio nacer en Itsasondo y se fue a Tolosa para aprender el oficio de panadería y pastelería. Allí, entre sacos de harina, tamizadores y palas largas, conoció a Eulogia, oriunda de Zizurkil, viuda y madre de una niña. Ella también había dejado su caserío para poder sacar adelante a su hija. No eran tiempos fáciles, pero sí felices. Entre las brasas de los hornos y los cestos llenos de pan surgió el amor, así como el compromiso que duró toda su vida: crear un hogar, una familia y una empresa. Se mudaron a Ordizia, compraron la casa en el número 5 de la plaza Mayor y abrieron la panadería. Los dos fueron emprendedores, los dos fueron valientes, los dos formaron equipo, hombre y mujer, al mismo nivel. Tuvieron familia y fueron varios de sus hijos quienes siguieron con el oficio familiar: Justo, Juan Manuel y Miguel. El pan no solo hay que hacerlo, también venderlo, a eso se dedicó Martina, una de las hijas. El estallido de la guerra, en el año 1936, supuso un duro revés para la empresa y la familia. Juan Manuel se alistó en el bando Gudari y a Miguel, con apenas 18 añitos, lo reclutaron los Nacionales: hermanos de sangre en bandos rivales. A Eulogia la encerraron en la cárcel de Ondarreta, alegando que cuando acudía a la ermita de la Virgen de Ezkioaga rezaba por los «rojos», ¡cuando tenía hijos en ambos bandos! Pobre mujer, lo único que ella deseaba era tenerlos vivos en casa. Los años posteriores fueron duros, pero la empresa no pereció. El amor por el trabajo y la unión de la familia siguieron llevando el pan diario a las casas de Ordizia y los municipios de alrededor. Con el paso de los años, el obrador se trasladó a la calle Víctor Mendizabal y de allí pasó al barrio San Bartolomé, donde se encuentra hoy en día. El punto de venta principal se mantuvo en la casa de la plaza, con la amona Mª Carmen al mando. Sus imponentes arcos y su fachada de piedra han caracterizado el nombre con el que se le ha conocido a la familia: además de los «Garines», también se les ha llamado los de «Arkupeta», que en euskera significa «los de debajo de los arcos». Una gran capacidad para mejorar La innovación ha sido constante: en el obrador los hijos de Miguel, José Martín y Juan José y la mujer de este último, Mª Ángeles, han ido actualizando la panadería según la demanda de cada época. Por su parte, Mª Carmen, hermana de Juan José y José Martín, ha reconvertido el antiguo supermercado Erosle en una moderna y atractiva tienda de delicatessen y panadería con bar/cafetería. Mirándolo con perspectiva y el paso de los años, se puede decir con orgullo que la adaptación al medio y dar respuesta a la demanda del mercado han mantenido vivo este comercio. Y ahora es el turno de la cuarta generación, del tercer Juanjo de la familia, que lleva el obrador. Él ha traído la apertura a las nuevas tecnologías, las redes sociales, los sistemas informáticos, las nuevas recetas, ha transformado la oferta para hacerla más atractiva al público. A día de hoy tienen un abanico de productos muy amplio que va desde diferentes clases de panes elaborados con harinas de alta calidad a bollería, pastelería y derivados del pan como tostadas, siempre intentando tener como base una materia prima de calidad. Panadería Garin nació de un sí. De un sí al trabajo bien hecho, a la unión familiar y al respeto por las tradiciones. De un sí a la innovación, a la transformación y a la calidad. 120 años de compromiso y lealtad. Un negocio centenario con alma joven. Cuando un sí es mucho más que una afirmación La adaptación al medio y dar respuesta a la demanda del mercado han mantenido vivo este comercio Juanjo Garin representa la cuarta generación familiar.

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