90 años de El Diario Vasco con Donostia

47 SUPLEMENTO ESPECIAL 23 de junio de 2024 leza militar y atesora un gran valor histórico porque ha sido testigo de importantes batallas y, de hecho, allí se puede seguir visitando a día de hoy el Castillo de la Mota o el Cementerio de los Ingleses. En su cima está el emblemático Sagrado Corazón, que bendice la ciudad desde 1950. Además, son varios los miradores que podemos encontrar y desde los cuales admirar la ciudad. Al otro lado del puente Si hay una playa que en estos 90 años ha cambiado su aspecto, esa es la de La Zurriola. Es moderna en todos los sentidos: su remodelación (con su consecuente ampliación y mejora) culminó en 1995, es la predilecta de la gente joven y, por sus olas, es la preferida para los surferos. La playa del barrio de Gros, generosa en dimensiones, comienza junto al río Urumea, del que le separa el espigón, y llega hasta el muro de Sagüés, a los pies del monte Ulia. Es precisamente esta montaña la que cierra la ciudad por el este, con sus más de 300.000 metros cuadrados. Fue atalaya para el avistamiento de ballenas, también parque de recreo para la aristocracia y hoy es el preferido en Donostia para los senderistas. Por él transita también el Camino de Santiago. Es un enorme parque natural con fenomenales vistas, con múltiples accesos y caminos, y que, a un paso de la ciudad, permite a sus habitantes desconectar del bullicio donostiarra. con marea baja, fusiona esta playa con la de La Concha, Ondarreta es un arenal con un interesante paseo marítimo, con algunas joyas escultóricas y anteriormente fue también cárcel y el campo de fútbol en el que la Real Sociedad jugaba sus partidos. Muy cerca de ella está la playa de La Concha, con todo tipo de premios y reconocimientos. ¿Qué se puede decir de ella que no se haya dicho aún? Es una de las mejores playas urbanas del mundo y su icónica barandilla es emblema de la ciudad. Dicen que fue Isabel II quien la puso de moda en 1845, cuando sus médicos le recomendaron baños de mar para sanar sus problemas de piel, y, desde entonces, nunca ha dejado de estar de moda. La reina de las playas ha visto pasar por ella a la alta sociedad local, estatal e internacional y hoy es la más frecuentada por los turistas. La más tranquila de todas en cuanto a oleaje se refiere, tiene frente a ella la isla de Santa Clara. Con su faro que hoy es una obra de arte llamada Hondalea, su piscina natural y la única playa de Euskadi que mira al sur, a ella se puede llegar a nado, en una embarcación propia o en las motoras municipales. Un plan perfecto, cuando el tiempo acompaña, es pasar el día allí, utilizando sus mesas de merendero para un pícnic y bañarse en sus cristalinas aguas. El monte Urgull, enclavado junto a la Parte Vieja de la ciudad, ha sido forta- #Si hay una playa que en estos 90 años ha cambiado su aspecto, esa es la de La Zurriola. Es moderna en todos los sentidos Los tres montes. Igeldo, Urgull y Ulia son tres remansos de paz junto a la ciudad, un verdadero lujo para los donostiarras y sus visitantes. Una ciudad única. A la izquierda, una imagen de la panorámica de Donostia desde Igeldo. Con unas vistas espectaculares y, sobre todo, mucho encanto, el monte Igueldo acoge desde 1912 el parque de atracciones de todos los donostiarras. Considerado como Bien Cultural, con la categoría de Conjunto Monumental, cuenta con un Torreón, su hotel y restaurante y una serie de atracciones entre las que destaca, desde 1928, la emblemática Montaña Suiza. A él se puede acceder en coche, pero también por medio de su carismático funicular, con sus 312 metros de vía métrica, que fue inaugurado por la regente María Cristina también el 25 de agosto de 1912. Un parque lleno de encanto MONTE IGUELDO

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc0NTQ0