90 años de El Diario Vasco con Donostia

35 SUPLEMENTO ESPECIAL 23 de junio de 2024 Aste Nagusia popular, euskaldun, paritaria y participativa». Su auge es indudable y año tras año han propuesta un programa más completo que cuenta con una mayor participación. Caldereros, Carnavales, Santo Tomás… Son otras muchas las fiestas que se celebran a lo largo del año en la ciudad y que cuentan con el respaldo de sus vecinos. Es el caso de los caldereros, con su origen en 1884 y que representan la llegada de las caravanas de húngaros nómadas que nos anuncian el Carnaval. Fue Gaztelupe quien, en 1924, se propuso recuperar una celebración que estaba cayendo en el olvido. Euskal Billera se encargó también algunos años, pero fue la primera quien se encargó de la comparsa hasta que en 1972 esta fiesta pasó a depender de diferentes sociedades populares y ciudadanos. Con epicentro en la Parte Vieja, son varios también los barrios que tienen sus propias comparsas desde la década de los 80. Los caldereros en ocasiones pueden coincidir también con los iñudes y artzaias, que salen el primer domingo de febrero por diferentes zonas de la ciudad simulando ser pastores y nodrizas, Caldereros, iñudes y carnavales. Diferentes escenas de unas fiestas que hoy en día se siguen celebrando aunque, como la propia ciudad, también hayan cambiado en estos 90 años. Santo Tomás. En 1965 (arriba) y 1989 (debajo) la fiesta era muy similar en esencia a la de hoy. pero también disfrazados de otros muchos personajes de época. La recuperación de esta fiesta, con raíces en el siglo XIX, tiene mucho que ver con el empeño de Kresala, que la organizó desde 1977. Por esas fechas suelen celebrarse también los Carnavales, que vivieron sus tiempos de esplendor en los comienzos del siglo XX, pero que ya no son lo que eran. Prohibidos durante la dictadura, se recuperaron en 1977. Más allá de iniciativas particulares o en el ámbito de las cuadrillas y otras esferas, el Carnaval se caracteriza en Donostia por los desfiles del sábado y domingo por la tarde por el Centro y el entierro de la sardina, que suele celebrarse el martes por la noche. Durante los fines de semana sucesivos, las comparsas salen también por otros barrios. Otra celebración que cuenta siempre con una gran participación es el Día de Santo Tomás, con la txistorra, el talo y la sidra como protagonistas. El 21 de diciembre se recuerda cada año la costumbre que tenían los arrendatarios de los caseríos de satisfacer la renta anual a sus propietarios, con un almuerzo y diferentes regalos en forma de productos del baserri. Hoy, la plaza de la Constitución es el epicentro de una fiesta que se vive también en la plaza de Gipuzkoa y en muchos barrios. Diferentes colectivos de la ciudad, así como baserritarras y productores, ponen sus puestos y donostiarras y visitantes adquieren en ellos los pintxos y bocadillos de txistorra, los talos, la sidra… Pequeños pero también mayores se visten cada año con la indumentaria tradicional del caserío. Además de las fiestas de los barrios, habría que mencionar también otras celebraciones que cuentan con arraigo y respaldo, como la de la conmemoración del 31 de agosto, las Euskal Jaiak con su Gaztelu Eguna o la Víspera de San Juan, con el aurresku y quema del árbol en la plaza de la Constitución y las hogueras en muchos otros puntos de la ciudad.

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