16 CON DONOSTIA TRANSFORMACIÓN Xabier Albistur Exalcalde de Donostia-San Sebastián 1987–1991 La ciudad escondida Ser reservado es una virtud quizás no reconocida. Dentro del marco incomparable que atrae turistas devoradores de pintxos y de nuestras calles o paseos, existe una ciudad discreta, que avanza, que nos da identidad de la buena y reconocimiento cosmopolita. Hacia dentro vivimos día a día en un tráfago de obras agobiantes e inacabables, mal explicadas. Cada administración se afana en hacer un lifting a nuestra siempre hermosa vieja dama que acaba siendo una buena dosis, diurna y nocturna, de mortificación al vecindario. Siempre soñando sobresalientes, discutibles, propuestas. Me gusta más hablar de la otra Donostia viva, semioculta al oropel mediático. No pretenciosa, eficaz. Me refiero a la que es aquí voz sigilosa pero que se oye en África o en el Mediterráneo, en las universidades y empresas de Europa y la escuchan desde hace años en EE. UU., China y Japón. Es un mosaico de variadas iniciativas, urdido por esferas colectivas que a menudo se entrelazan y comparten protagonistas. Una esfera solidaria acoge, acompaña e integra al necesitado que llega, o no duda en acudir a donde puede auxiliar. Otra impulsa el conocimiento e investigación científica reuniendo periódicamente una docena de premios nobeles de diversas especialidades científicas. En nuestros campus estudian, investigan y se doctoran jóvenes propios y cientos de ajenos. Docenas de investigadores nativos o atraídos trabajan en los centros tecnológicos. La formación profesional que reciben los jóvenes es modelo demandado en la UE. Centenares de jóvenes se han lanzado a la creación de nuevas empresas, empeñando su conocimiento, sus ilusiones y sus escasos recursos. Aquí se escribe y se publica con éxito. Se pinta, se graba y se esculpe piedra, hierro y madera y además se expone. Emergen creadores en música, moda, cine, teatro, TV. Puedes ver y escuchar a los mejores solistas, orquestas y directores del mundo junto a los grupos de más fulgurante popularidad. En cada barrio, una asociación vecinal entusiasta y entregada, se preocupa por su calidad de vida, el urbanismo, la vivienda, los servicios públicos, el medioambiente, y reclama intensamente atención del Ayuntamiento. Esta pequeña y coqueta ciudad genera fecundo talento que no somos capaces de retener por la ausencia de oportunidades claves y si me permiten palpables desigualdades. Ese talento, capital humano generoso y comprometido, es la savia que da vida a Donostia. Es la ciudad escondida de la que uno puede enorgullecerse, la que todos debemos preservar. Esta pequeña y coqueta ciudad genera fecundo talento que no somos capaces de retener por la ausencia de oportunidades claves y palpables desigualdades” Construcciones de ayer y de hoy La evolución de San Sebastián a lo largo de estos años se puede explicar mejor con las modificaciones, cambios de uso o incluso desaparición que han sufrido emblemáticos edificios de la ciudad El edificio Gran Kursaal se inauguró en 1922 y fue considerado una de las grandes obras de la Donostia más lúdica y cosmopolita durante el primer cuarto del siglo pasado. Concebido como casino, también sufrió la decisión de Primo de Rivera de prohibir el juego. Aquel Gran Kursaal fue sede de diferentes actividades hasta que, en 1972, se acordó su derribo. Durante dos décadas, en la confluencia del Urumea con el puente y el barrio de Gros hubo un solar. En 1990, tras una consulta técnica a la que se invitó a seis arquitectos a participar, se eligió la propuesta de Rafael Moneo, sus famosos cubos. En 1995 se obtuvo la aprobación definitiva y el 3 de junio de 1999 se inició la actividad en la Sala de Cámara con el primer congreso. Su inauguración oficial sería el 23 de agosto de aquel año. Desde entonces, el Kursaal es un importante palacio de congresos que atrae a miles y miles de personas cada año a la ciudad y también un icónico escenario cultural. El edificio construido por los arquitectos Adolfo Morales de los Ríos y Luis Aladrén Mendivil entre 1882 y 1887 fue inaugurado como casino. Inspirado en los centros veraniegos de la época, fue punto de encuentro de la alta sociedad en sus momentos de ocio, porque allí se celebraban bailes, fiestas y actividades lúdicas; y también un importante reclamo turístico. En 1924, Primo de Rivera prohibió el juego y decretó el cierre de diversos lugares de ocio, entre ellos el Gran Casino, que cesó su actividad. En 1938 pasó a ser propiedad municipal, pero no fue hasta el 20 de enero de 1947 cuando se convirtió en la Casa Consistorial de San Sebastián, que hasta entonces estaba en la plaza de la Constitución. El arquitecto Luis Jesús Arizmendi fue el encargado de realizar su transformación. Por ejemplo, se cambió la tarima de madera por el suelo de mármol y el salón de baile pasó a ser el nuevo Salón de Plenos. EL PALACIO DE CONGRESOS TIENE MUCHA HISTORIA DE CASINO Y CENTRO DE OCIO A CASA CONSISTORIAL KURSAAL AYUNTAMIENTO Texto: Iñigo Belastegui
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