Donostia 90 AÑOS DE EL DIARIO VASCO CON SUPLEMENTO PUBLICITARIO SUPLEMENTO ELABORADO POR 14+1 COMUNICACIÓN :: RICARDO TORRECILLA
3 SUPLEMENTO ESPECIAL 23 de junio de 2024 Este suplemento ha sido elaborado por 14+1 Comunicación y Román Ferrero ha sido el responsable de su diseño. En estas páginas se recogen fotos que son obra, entre otros, de Lobo Altuna, David Aprea, Iñigo Arizmendi, Juanjo Aygüés, Mikel Fraile, Jesús Insausti, Nagore Iraola, José Mari López, Mireya López, Juantxo Lusa, Luis Michelena, Pedro Martínez, Félix Morquecho, Fernando Postigo, Guillermo Rivas, Iñigo Royo, Sara Santos, A. Sistiaga, José Ignacio Unanue, Luis Mari Unciti y José Usoz. Los lectores también encontrarán fotografías de fondos de la Fototeca Kutxa, así como cedidas por los propios comercios. A todos ellos, ¡muchas gracias! CON DONOSTIA Iñigo Barrenechea Director general de EL DIARIO VASCO Una fuerza imparable que nos empuja al futuro EL DIARIO VASCO y Donostia. 90 años de vida en común en los que nos hemos convertido en parte de una misma realidad. Y es que El Diario Vasco es parte de Donostia. Como lo son sus playas, sus montañas, sus jardines o sus parques. Un elemento más que ayuda a identificar y entender una ciudad que no ha parado de crecer y evolucionar durante todas estas décadas. Una evolución que se puede apreciar en su desarrollo urbanístico, en la aparición de nuevos barrios, nuevas infraestructuras, instalaciones deportivas, culturales, en la transformación de su estructura comercial o de sus mercados. La ciudad que hoy conocemos es fruto del trabajo de miles de personas que han sido protagonistas de su transformación. Nosotros mencionaremos solo a algunas de ellas. Personas que han mejorado la ciudad en la que vivimos, siendo motores de cambio en ámbitos como el arte, la cultura, la ciencia, el deporte, la política o la gastronomía. Donostiarras célebres, que han hecho de Donostia una ciudad de referencia en muchos ámbitos, un destino deseado por todos y, sobre todo, un buen sitio donde vivir. Sectores como la gastronomía o entidades como la Real Sociedad han tenido un especial protagonismo en esta proyección externa de las virtudes y los valores que hacen de Donostia una ciudad única. Ambos tienen el espacio que merecen en este suplemento. El dinamismo y la evolución es una fuerza imparable que nos empuja al futuro. Y tanto El Diario Vasco como Donostia siguen evolucionando. En un futuro cercano, El Diario Vasco será un medio de comunicación mucho más digital y diversificado. Haremos más cosas, pero seguiremos siendo el periódico de los donostiarras y, por lo tanto, testigos privilegiados y narradores fiables de todo lo que pasa en esta ciudad. Una ciudad que seguirá maravillando por su paisaje, su calidad de vida y su gastronomía, pero que también evolucionará de la mano de nuevos protagonistas que ya están apareciendo en ámbitos como la educación, la ciencia, la salud y la innovación. Así es y así debe ser. Porque aunque parezca paradójico, solo el cambio nos permite seguir conservando lo que tenemos: una Donostia de la que seguiremos estando orgullosos. El Diario Vasco es parte de Donostia. Como lo son sus playas, sus montañas, sus jardines o sus parques. Un elemento más que ayuda a identicar y entender una ciudad que no ha parado de crecer» ÍNDICE 4 Entrevista con Javier Sada 8 URBANISMO Una ciudad que ha rebasado sus propios límites 12 INFRAESTRUCTURAS Una construcción continua y sin fin 16 TRANSFORMACIÓN Construcciones de ayer y de hoy 20 DEMOGRAFÍA Una ciudad que ha crecido más del doble 22 ALCALDES De las revueltas a la estabilidad 26 DONOSTIARRAS ILUSTRES Los mejores embajadores de nuestra ciudad 30 EVENTOS Donostia como punto neurálgico 34 FIESTAS Más participativas que nunca 36 TURISMO Una relación que cambia en la forma, pero no en el fondo 38 COMERCIO Una marcada vocación comercial 40 SANIDAD Una ciudad sanitaria por los cuatro costados 42 INNOVACIÓN Una firme apuesta por ella 46 OROGRAFÍA Tres montes, tres playas... y una isla 48 PARQUES Y JARDINES Verde, que te quiero verde 50 ARTE Entre esculturas y museos 52 DEPORTES Hasta Carl Lewis ha estado en San Sebastián 56 REAL SOCIEDAD En el cielo o en el infierno, siempre a su lado 58 GASTRONOMÍA Y HOSTELERÍA Los pintxos brillan en la ciudad de las estrellas 6O MERCADOS Los mejores escaparates para nuestros productos 62 EL PUERTO Tan coqueto como limitado Bienvenidos. Una imagen de la inauguración de las oficinas de EL DIARIO VASCO en Donostia, hace 90 años.
4 CON DONOSTIA razones económicas, la monarca fue un símbolo que benefició a San Sebastián. Políticamente se vivían años convulsos y la llegada de la República para unos significó la llegada de la libertad y para otros, tiempos revueltos. ¿Cuáles eran las costumbres y la oferta de ocio en la ciudad? San Sebastián era una ciudad tranquila. Paseos familiares los domingos y el resto de la semana, trabajo o colegio. Los chavales jugábamos en la calle hasta las diez de la noche, que era la hora de cenar. Había media docena de teatros y otros tantos cines. Había frontones y bailes en Igeldo, La Perla, el Hotel Príncipe de Saboya… Aunque los más populares eran los de las plazas de Renteria, Hernani y Lasarte, puntos de cita de la juventud donostiaSe cumplen 90 años del nacimiento de El Diario Vasco. Las páginas de este periódico han retratado a lo largo de nueve décadas la evolución de la ciudad. La forma en la que se ha ido moldeando hasta llegar a lo que es en la actualidad. Pocos nos pueden aproximar mejor a lo que era San Sebastián en 1934 que Javier Sada. Columnista de este periódico durante décadas, con su teclado ha dibujado la ciudad y sus gentes mejor que nadie. A continuación nos traslada a esa Donostia que vio nacer este diario. ¿Cómo era Donostia en 1934? La ciudad todavía estaba intentando recuperarse de la crisis que supuso la prohibición del Juego en 1924. Y la muerte de la reina María Cristina fue la puntilla. Para unos por simpatía y para otros por Texto: Mikel Encinas Fotos: L. M. Unciti «San Sebastián hoy está mejor que antes de ayer» Cronista de la ciudad Javier Sada Eneko Goia Laso Alcalde de Donostia-San Sebastián El alma de una ciudad ¿Dónde se encuentra el alma de una ciudad? ¿Qué elementos la hacen diferente, auténtica, original y distinta a otras? ¿Cuáles son los matices de nuestra identidad, aquellos que nos hacen sentirnos, percibirnos, donostiarras y no de otro lugar? Muchas veces me he hecho estas preguntas. Y es probable que cada uno de nosotros compartamos algunas repuestas, y difiramos en otras. Porque, al igual que las urbes, también las personas somos individuales, irrepetibles, incomparables. Ni mejores, ni peores. Simplemente, distintas. Para mí, el alma de Donostia empieza en el propio nombre. Hay pocas ciudades que se autodenominen en dos lenguas. Para algunos, ser de Donostia define y marca un estilo, una forma de ser. Otros responden al «¿de dónde eres?» con un «de San Sebastián». El mismo nombre evoca ciudades diferentes, al menos en mi imaginario. En un caso, más cercano a lo local, a lo próximo, a lo koxkero o joxemaritarra, más de Irutxulo o de lo Viejo, donde se hacen aquellas cosas que hacemos aquí: potear, pasear, comer karrakelas o kiskillas, ver los fuegos o discutir sobre la Real. El otro topónimo, el del Santo, me habla de esa otra ciudad espléndida, de los edificios majestuosos y su historia, de los barrios con vida propia, como Altza, El Antiguo, Gros o Amara... La ciudad que ya luce en el firmamento de las ciudades con estrella propia. Me reconozco en la una y en la otra. Las dos tienen parte de mí, y yo tengo mucho de ellas. Me gusta cenar en una sociedad con los amigos, hacer compras los sábados por la mañana en la Parte Vieja, dar una vuelta por el Paseo Nuevo y subir a Urgull a contemplar si el mar sigue como lo dejé. Me gusta el bullicio de rincones como la plaza Easo por las tardes, el domingo de Piñata en el Carnaval de Altza, la llegada de la Clásica o de la Behobia al Boulevard o las finales de fútbol en la playa... Son cosas que solo pasan en mi ciudad. Que solo me pasan en mi ciudad. No son ni mejores ni peores que otras ciudades. Pero estas llevan pasando toda la vida. Y toda mi vida me acompañan por fuera y por dentro. 90 años de vida de un periódico dan derecho a reivindicarse como parte del alma de esta ciudad. Son miles y miles de personas que han nacido, crecido y llegado al crepúsculo con El Diario Vasco como referencia informativa. Que alguien en nuestra ciudad cumpla 90 años -sea una ciudadana, una sociedad gastronómica, un club deportivo o un periódico- es una gran noticia que merece ser celebrada. Porque si alguien cumple esa edad, y sigue ahí, significa que el hilo invisible que ha tejido la mano oculta del destino va a seguir acompañándonos y guiándonos por el camino de nuestra vida como ciudad, y como donostiarras. Para mí, el alma de Donostia empieza en el propio nombre. Pocas ciudades se autodenominan en dos lenguas»
5 SUPLEMENTO ESPECIAL 23 de junio de 2024 ENTREVISTA apertura del Gran Casino, hoteles y restaurantes de lujo y el comercio, ‘a la última’, consiguió que a San Sebastián llegara el dinero y, con él, la subida del coste de la vida. El dinero era repartido de forma desigual. Compartían ciudad, que no espacio, las grandes fortunas y una clase obrera con grandes dificultades. Aunque hay que matizar que, incluso en los casos graves, el nivel de vida de San Sebastián era, en líneas generales, superior a la media del Estado. El Ayuntamiento lo advirtió: si queremos una ciudad con alta calidad de vida, debemos aceptar que vivir en ella será caro. Por lo que afecta a la vivienda siempre ha sido ‘muy cara’ y siempre aduciendo la falta de espacio. Ya en 1813, tras los desastres del 31 de agosto, a falta de casas donde vivir, el alquiler de las que quedaron en pie y las que fueron construyéndose se elevó en un 300 %, teniendo que intervenir la Justicia para ajustar los alquileres. Se fueron construyendo ensanches y, hasta nuestros días, la falta de espacio siempre ha sido la principal justificación para elevar las rentas. ¿Cuál era el panorama de la Prensa cuando nació El Diario Vasco? El Diario Vasco nació en un momento político complicado, debiendo competir con tres buques insignia de la prensa donostiarra de la época: La Voz de Guipúzcoa (republicano 1885-1936), El Pueblo Vasco (independiente 1903-1936) y La Constancia (integrista y fuerista 1897-1936). Durante la Guerra Civil, mucha gente de las zonas en las que la guerra estaba más activa vino a Donostia. ¿Supuso esto algún tipo de transformación social? La guerra propiamente dicha, la guerra en las calles, en San Sebastián duró del 18 de julio al 13 de septiembre. A partir de estas fechas, para muchas personas y familias franquistas San Sebastián fue un lugar donde ‘se podía vivir tranquilo’. Fue el comienzo de un ‘turismo oficial’ que se mantuvo hasta 1975, notablemente visible los meses de verano e influyente a la hora de programar la vida pública de la ciudad. ¿Cómo eran las fiestas en aquellos años 30? Muy básicas. Unas navidades muy familiares. Aparecían las primeras cabalgatas de reyes organizadas por Umore Ona, Euskal Billera, Unión Artesana y Donosti Zarra. Había media docena de tamborradas a las que se añadieron Gaztelubide, en el 34, y Sociedad Recreativa Egia, La Mariposa, Cosacos de Zarauztarko«, Guk Ere Naidegu y Eusko Gaztedi en el 35 y Ur Zaleak en el 36. La Semana Grande ya ha sido citada, las Fiestas Euskaras llegaban en septiembre y vuelta a empezar con una Feria de Santo Tomás muy rural, localista y artesanal. ¿Qué papel jugaban entonces y han jugado las sociedades gastronómicas? Pocas sobrevivieron al 36 pero, en el fondo, su filosofía no ha cambiado mucho. Cocina y organización de las fiestas populares del barrio y de la ciudad, ya sea en el terreno coral o en el por todos conocido de la tamborrada. En algunas, bastantes, mucha actividad deportiva basada en la pelota, el fútbol, el remo y la bicicleta… incluyendo la montaña. ¿Cómo han evolucionado? Si prestamos atención a lo escrito sobre su origen, la evolución ha sido patente. El acceso de las mujeres puede ser algo puntual de nuestros días, pero si llegamos al principio, varios cronistas rra. Para los más pequeños había baile a lo suelto los domingos, en la plaza de la Constitución. También se organizaban bailes los fines de semana en algunas sociedades populares, clubes deportivos y casas regionales. Gaztelubide cantó el 14 de agosto de 1934 su primer ‘Festara’ y la Semana Grande estaba muy limitada a toros, conciertos en el Boulevard y algunos días fuegos artificiales. A nivel territorial, ¿de qué barrios se componía? Básicamente la Parte Vieja, el Ensanche Cortázar y el área romántica. Un poco apartados estaban Gros y El Antiguo, cuyos habitantes todavía decían ‘vamos a San Sebastián’ cuando venían a la Parte Vieja. El centro de la ciudad apenas llegaba hasta la plaza del Centenario. Hacía una década que se había cambiado el curso del Urumea que bordeaba el actual ensanche y más allá solo había huertas y algunos caseríos. Los jardines de Ondarreta, presididos todavía por el edificio de la cárcel, hacía diez años que acababan de ser diseñados y detrás de la zona residencial de El Antiguo, se abría un horizonte industrial con epicentro en Bentaberri. Egia, salvo el paseo del duque de Mandas, al igual que Intxaurrondo, eran todavía zonas rurales y en El Antiguo proliferaban los talleres mientras que la zona del Kursaal, convertido en cine, teatro y zona de baile, conocía un periodo decadente que se prolongaba desde el cierre de su casino. Hablar de Loiola, Añorga o Aiete eran palabras mayores referentes al extrarradio. En los años 40 y 50, cuando íbamos a merendar a los caseríos de Anoeta, nos metían prisa para comer porque si no, no nos daba tiempo de ir y volver en una tarde. ¿Era ya una ciudad en la que el coste de la vida era elevado? Creció mucho tras el derribo de las murallas (1863) y no teniendo industria ni puerto, como otras capitales, para atraer mano de obra que pudiera ocupar las casas que se estaban construyendo, se optó por ser una ciudad de servicios, cuyo principal atractivo (lógicamente aparte del paisaje, el clima, la playa y los baños) sería la cultura, la educación (se evitó el analfabetismo), la higiene, el urbanismo, la estética, la elegancia. En definitiva, adaptación de las ideas liberales más avanzadas. Todo ello, junto con la El Ayuntamiento lo advirtió: si queremos una ciudad con alta calidad de vida, debemos aceptar que vivir en ella será caro» Javier Sada » CONTINÚA Una charla de museo. Javier Sada es un libro abierto que cuenta la historia de la ciudad tan bien como el propio museo San Telmo, donde se realizó esta sesión de fotos.
6 CON DONOSTIA ENTREVISTA El primer cambio, no político, comenzó a producirse en los años sesenta, cuando la gente joven no encontraba atractivo en una ciudad con el sirimiri como permanente invitado y un programa festivo que nada tenía que ver con el juvenil que se ofrecía en playas mediterráneas. Los años de ETA frenaron la llegada de madrileños, en parte sustituidos por catalanes y personas de provincias cercanas. Con su llegada de proximidad y los nuevos tiempos democráticos se fueron modificando algunas programaciones, concretamente en la Semana Grande, con menos actos sociales y más populares y accesibles al público en general. ¿En qué se parece la Donostia de hoy en día a aquella de 1934 en la que se fundó El Diario Vasco? Físicamente, socialmente, políticamente, creo que en muy poco, salvo en aquello La ciudad todavía estaba intentando recuperarse de la crisis que supuso la prohibición del Juego en 1924» El Diario Vasco nació en un momento político complicado, debiendo competir con La Voz de Guipúzcoa, El Pueblo Vasco y La Constancia» Javier Sada Egin bat Taupada Gorriarekin Únete al La do Rojo Odol Emaile egin zaitez Hazte donante de sangre Gracias por ayudarnos durante estos 60 años Zorionak! escriben sobre el refugio que las sociedades suponían para muchas personas de edad avanzada, sin las asistencias sociales actuales y sin las posibilidades que en nuestros días tiene cualquier persona mayor para desarrollar actividades que le realicen sin necesidad de recurrir a la sociedad popular. Ahora todos queremos encontrar un porqué a las cosas, cuando, quizá, en algunos casos, hubo sociedades que nacieron sin un porqué concreto. Se repite la situación del grupo de amigos que acostumbrados a reunirse en la barra de un bar, un día deciden alquilar o comprar un local y convertirlo en lo que conocemos como una sociedad. El turismo también ha jugado un papel importante en el desarrollo de la ciudad, pero ha tenido muchos altibajos a lo largo de la historia. ¿Cómo han sido? ¿Qué ha aportado el turismo en las diferentes épocas? De ciudad pionera en la explotación del llamado ‘tourismo’, a finales del XIX, y continuadora hasta 1924 de la Belle Époque, iniciada en París en 1900, hasta las crisis ya recordadas, consecuencia de la prohibición de los recreos (el juego) en los años veinte, San Sebastián fue uno de los principales puntos de cita turístico, siempre ubicado entre los tres, cuatro o cinco mejores de Europa, muy vinculado al turismo de Biarritz. Al parón de la Guerra Civil le siguieron varias décadas en las que al ser, durante el verano, ‘capital del Estado’, con presencia del Jefe del Estado y el Gobierno, cuerpo diplomático y la celebración de Consejos de Ministros conoció el ya citado ‘turismo oficial’ que terminó en 1975. La presencia en San Sebastián de ‘todo Madrid’ hacía que desde el bedel del ministerio hasta el ‘vecino del quinto’ quisiera venir a veranear a San Sebastián. que ya estaba entre nosotros hace casi un siglo: la Bahía, Igeldo, Urgull… Pero, dicho eso, la constante de ‘todo tiempo pasado fue mejor’ no tiene más razón de ser que la nostalgia. Con datos fríos en la mano, apartando los amores y desamores políticos que condicionan nuestras opiniones, creo que Donostia-San Sebastián, por pura evolución, hoy está mejor que antes de ayer y antes de ayer mejor que la semana pasada y la semana pasada mejor que cualquier tiempo del pasado que se consulte. Es lógico y humano que todos queramos mejorar, que todos deseemos corregir errores, que todos seamos conscientes de las deficiencias que nos rodean, pero… no sé… me parece una pérdida de tiempo el regodeo en lo negativo mientras dejamos de disfrutar lo positivo que fluye junto a nosotros. No soy nadie para aconsejar nada, pero una leve mirada al mundo que nos rodea, por lo menos a mí, me hace pensar que, con todos los dimes y diretes a favor y en contra, con todas las justicias e injusticias que nos rodean… ¡no sabemos en qué privilegiada parte de la tierra vivimos! ¿Cómo se imagina la ciudad dentro de otros 50 años? ¿Existe el futuro? Cuando era joven, la ciencia ficción podía ser que en lugar de pedir conferencia y tener media hora de espera para hablar con Tolosa, pudiera marcar un número y, sin tener que asustarme por su coste, entablar una conversación. Cuando hoy comentamos a personas jóvenes que, imagen incluida, están hablando en directo con cualquier país lejano, que eso es lo que nosotros llamábamos futuro, la respuesta es que no: esto es el presente. Por lo tanto el futuro es… » CONTINUACIÓN
IF YOU HAVE THE WORDS, YOU CAN SPEAK. YOU CAN LEARN. YOU CAN WORK. YOU CAN LOVE. YOU CAN LIVE. IF YOU CAN SAY WHAT YOU THINK, YOU CAN ACHIEVE WHAT YOU WANT. IF YOU HAVE THE WORDS, YOU HAVE THE WORLD. CONGRATULATIONS FOR 90 YEARS OF HELPING US UNDERSTAND OUR WORLD THROUGH YOUR WORDS. Congratulations Félicitations Zorionak
8 CON DONOSTIA URBANISMO El desarrollo de San Sebastián ha pasado por superar primero sus murallas para, después, ir ganando poco a poco terreno a una orografía complicada an Sebastián ha ido creciendo en los dos últimos siglos, desarrollándose a partir de una reconstrucción obligada por los incendios de 1813, superando primero los límites que las propias murallas de la ciudad supusieron y, después, arañando metros a una orografía que condiciona cualquier desarrollo. Los montes, el mar, el río… Son muchos los factores que hay que tener en cuenta a la hora de que una ciudad se expanda y, en el caso de Donostia, ha sido un verdadero reto. Las decisiones tomadas y ejecutadas en los últimos 200 años han permitido, eso sí, hablar ya de una comarca, Donostialdea, que, con la capital de Gipuzkoa como eje sobre el que todo gira, permite llegar a otras localidades como Errenteria, Lasarte-Oria o Astigarraga sin prácticamente apreciar dónde están los límites de San Sebastián y hasta dónde llegan los otros municipios. Viajando 90 años atrás en el tiempo, que es lo que nos ocupa, podemos ver cómo el Ensanche de Cortázar, por medio del cual la ciudad creció más allá de la Parte Vieja, era ya una realidad, y, de hecho, eran ya pocos los solares vacíos en aquella zona. Amara Viejo ya existía y llevaban algunas décadas trabajando también en el Ensanche Oriental y Gros, con un puente, el de La Zurriola, construido en 1920. En El Antiguo, ya existía la zona de villas de Ondarreta y en 1921 se realizó un concurso para urbanizar el barrio Texto: Álex López S Una ciudad que ha rebasado sus propios límites Juan Karlos Izagirre Exalcalde y portavoz municipal de EH Bildu Lo que de verdad importa Donostia ha cambiado en 90 años, claro. En lo urbanístico, con la creación de barrios o la desaparición y construcción de edificios emblemáticos. En lo económico se ha pasado de épocas más industriales y un sector primario relevante a la actual, con predominio del sector terciario. En el ámbito cultural se apostó por eventos internacionales y también se hizo defensa acérrima de nuestra cultura y lengua de manera ejemplar. Hemos sido testigos del auge de la gastronomía o de grandes cambios en movilidad, comercio, migración o servicios y equipamientos. Pasan los años y no dejamos de quererla. Su paisaje, clima o arquitectura lo hacen sencillo. Pero no olvidemos lo que de verdad importa y da personalidad: su gente. Porque una ciudad poco activa, sin una forma de ser propia, que no disfruta y promociona su cultura, con una ciudadanía disgustada, carente de red social cohesionada... podrá gustar, pero nunca enamorar. Tenemos la suerte de contar y haber contado con un tejido asociativo impresionante, que ha variado en el tiempo, pero siempre ha sido acicate para los gobiernos y resolutivo en muchos casos. De índole vecinal, sectorial, de trabajadores, proponiendo proyectos, denunciando otros... Tejido y ciudadanía que hay que cuidar y aprovechar su potencial, aunque muchas veces se haya obviado, llegando a poner en riesgo la personalidad donostiarra, la idiosincrasia y vida de cada barrio y el sentimiento de pertenencia. Fui alcalde cuatro años y si de algo me siento orgulloso es de haber escuchado y trabajado con la ciudadanía. En plena crisis, fue asombrosa la respuesta de las y los donostiarras a la hora de compartir propuestas y soluciones: inundaciones, movilidad, acceso a la vivienda, presión de lobbys lucrativos, usos del espacio público, necesidades de los barrios y personas vulnerables, declive del comercio local... Y seguimos trabajando, buscando esos consensos e implicaciones, para lograr una Donostia con barrios vivos, con los servicios necesarios, con el comercio local vital e irremplazable; con una movilidad y turismo sostenibles; un Urumea protagonista; una variante transformada que una barrios; y una Donostia repleta de actividades culturales, sociales y políticas, que muestre su cultura y lengua, haciéndola más atractiva e integradora. Una Donostia que enamore. No olvidemos que lo que da personalidad a una ciudad es su gente; y tenemos la suerte de contar y haber contado con un tejido asociativo impresionante»
9 SUPLEMENTO ESPECIAL 23 de junio de 2024 con la avenida de Zumalacárregui como eje vertebrador. La llegada del ferrocarril en 1864 también había promovido la aparición de un barrio al otro lado de las vías, Egia, si bien en él se había construido sin demasiado orden. El problema de las marismas Con ese plano de la ciudad y zonas ya densamente construidas, como el Ensanche Meridional, llegó el momento de tomar decisiones y afrontar retos. Viviendas en vez de industria El caso del desarrollo en El Antiguo fue diferente, ya que una vez urbanizado el entorno de la avenida de Zumalacárregui hubo que esperar varias décadas hasta seguir ganando terreno, en este caso a la industria. En los años 70 se construyó un campus universitario en la continuación de la avenida de Tolosa, pero también se arrancó con la construcción de Lorea. En los años 90, las zonas industriales y las marismas que estaban a ambos lados de la avenida de Uno de estos era, sin duda, la necesidad de urbanizar sobre las marismas. Fue un proceso laborioso, pero en 1947 se comenzó con la construcción de los primeros edificios de este ensanche, que vivió una primera etapa en la que se urbanizó hasta Pío XII. Luego llegaría el Gobierno Civil, el Instituto de Previsión y un complejo educativo con institutos de enseñanzas medias y profesionales. En 1960 se comenzó a edificar la segunda fase, hasta Balleneros, y en los años 70 se construyó la entrada a la ciudad por Carlos I, que dividiría el barrio. La parte occidental de Amara se construyó, sobre todo, entre 1970 y 1992, con edificios más bajos, buscando una menor densidad. La zona de Anoeta remató la urbanización de Amara. Cabe señalar también que otra zona que se ha revitalizado y en la que se han construido viviendas es el barrio de Morlans. Allí se encontraba desde 1893 la fábrica municipal de gas, desmantelada en 1998. Hasta 2010 vivían unas 350 personas en las casas de la cuesta que llevaba a Aiete, pero en aquel año empezaron a llegar los nuevos vecinos y en diciembre de 2023 vivían en él más de 1.750 personas. La plaza y el mercado En Gros, por su parte, hubo que ganarle terreno a lo que ya estaba construido. ¿Cómo se hizo? Tomando decisiones que buscaban un barrio más urbanizado. Así, fue en los años 70 cuando se decidió apostar por Nuevo Gros y para ello hubo que demoler la plaza de toros del Chofre y, en los 90, se decidió hacer lo propio con el mercado de abastos del barrio. Además, cabe señalar que entre 1923 y 1925 Francisco Sagüés construyó junto a Monpás un barrio que hoy lleva su apellido y que en aquel momento se destinó a viviendas para obreros que llegaban a San Sebastián para trabajar en la construcción. Un ejemplo de cómo la ciudad ha aprovechado hasta los últimos recovecos que la orografía le permitía. Gros 1920. Campas, algunas viviendas y una gran plaza de toros, los elementos principales de lo que luego se conocería como Nuevo Gros. Pío XII 1966. Una imagen de la inauguración de la rotonda Pío XII. Amara 1946. Amara Nuevo comenzó a construirse a mitad del siglo pasado. Garibai 1946. Construcción de un edificio en una de las arterias principales. #Las decisiones tomadas en los últimos 200 años han permitido hablar ya de una comarca, Donostialdea, que permite llegar a otras localidades Gros, Amara, El Antiguo, Morlans... los cambios que han vivido los barrios donostiarras son, lógicamente, sustanciales en estos 90 años
10 CON DONOSTIA URBANISMO El curioso caso de Zubieta Situado al suroeste, Zubieta es un enclave fuera de los límites del término municipal de Donostia. Siempre ha tenido personalidad y características propias, al tiempo que una organización administrativa especial. Desde 1996, se le reconoce como un enclave de características unitarias y, por ello, se aprobó por acuerdo plenario de los ayuntamientos de Donostia y Usurbil la creación de una junta administrativa como órgano complementario de administración del barrio, denominada Junta Vecinal de Zubieta, formada por seis vocales, tres vecinos de San Sebastián y los otros tres de Usurbil, todos ellos domiciliados en Zubieta. entorno, muchas veces sin ningún plan urbanístico e incluso en ocasiones al margen de la legalidad. Así se desarrollaron Roteta o Santa Bárbara y, a partir de 1970, el grupo La Paz en Bidebieta. En aquella época se construyeron también las altas torres de Larratxo o Jolastokieta, con el incremento de población que supuso para la zona. En los años 80, se desarrolló Intxaurrondo Norte, mientras que en los 90 se culminó la zona sur del barrio. El eje del Urumea La ciudad también debió seguir, y sigue haciéndolo, la vega del Urumea para seguir ganando metros cuadrados sobre los que construir. En 1924 se construyeron los cuarteles de Loiola y en los años 40 y 50 se desarrollaron los barrios de Loiola y Martutene, con edificios más bien bajos en los que se construían viviendas de protección oficial que tenían entre 50 y 60 metros cuadrados de superficie. En la década de los 2000 surgiría Riberas de Loiola, el nuevo barrio más extenso de la ciudad y que sirve de unión entre Amara Berri y Loiola y, hace pocos años, se reurbanizó Txomin-Enea, nexo de unión entre Loiola y Martutene. Un barrio en torno a una fábrica De zona eminentemente rural a un barrio con tres grupos geográficos diferenciados: Añorga Haundi, Añorga Txiki y Rekalde. Así se podría explicar la evolución de Añorga, que creció y se desarrolló al abrigo de la fábrica de cemento Rezola, que llegó a su actual ubicación en el año 1900, pero también con el condicionante de tener que construir a ambos lados de la N-1 y entre Ibaeta y Lasarte-Oria. Hoy en día, la ciudad está creciendo también por Atotxa-Erreka, una zona muy cercana a Añorga y en la que se han construido viviendas. Zumalacárregui desaparecieron en favor de nuevas viviendas y así nacieron las zonas de Benta Berri y Antiguo-Osinaga. Errotaburu, Berio y el polígono industrial de Ibaeta se desarrollarían también entre los últimos años del siglo pasado y los primeros de este. En las colinas Hay otros barrios que se desarrollaron en colinas, como son el caso de Egia, con su zona baja en torno a Duque de Mandas, pero con dos calles, Ametzagaña y Virgen del Carmen que son los ejes de un barrio completamente en cuesta. Su urbanización fue más bien caótica y se remató en los años 90 con algunas viviendas unifamiliares y urbanizaciones en la zona más alta del barrio, cerca del cementerio de Polloe. Aiete, por su parte, se construyó en la loma que separa Amara y el Ensanche de Cortázar del barrio de El Antiguo. El barrio prácticamente rural de los años 70 dio paso a otro de construcciones de buena calidad y muchas urbanizaciones que se ha convertido en una zona predilecta para muchos. Además, en 1997 se comenzó a construir Miramón y su entorno, una zona en la que las viviendas residenciales, normalmente adosadas o unifamiliares, conviven con un parque tecnológico. El corredor oriental La ciudad tuvo que crecer también hacia el este y lo hizo de manera pausada en la primera mitad de siglo a través de Ategorrieta, Miracruz y Mons, donde sobre todo se construían villas con jardín; y con bloques de viviendas de dos o tres alturas en Buenavista, Herrera y Altza, una zona con baja densidad poblacional por aquellos años. En la segunda mitad de siglo, se acelera la construcción de viviendas en ese DONOSTIA Y USURBIL El Antiguo, Egia, Añorga, Intxaurrondo y Aiete. Algunas imágenes de cómo Donostia se expandió a lo largo del siglo pasado por los ejes oriental, meridional y occidental, creciendo de manera exponencial. Sancho el Sabio 1951. Una imagen de la construcción de los primeros bloques de viviendas en una avenida que, más tarde, conectaría con Pío XII.
URTE ETORKIZUNA ERAIKITZEN ¡Enhorabuena por estos 90 años!
12 CON DONOSTIA INFRAESTRUCTURAS UNA PISTA GANADA AL MAR Y A 20 KILÓMETROS DE DONOSTIA AEROPUERTO UN IMPORTANTE PESO EN LA ECONOMÍA GUIPUZCOANA PUERTO DE PASAIA Una construcción continua y sin n Con el paso de los años, San Sebastián se ha ido dotando de unos equipamientos que le han servido para avanzar, en unos casos, y estar mejor conectada con el resto de ciudades, en otros Texto:Iñigo Belastegui Desde 1955, San Sebastián cuenta con un aeropuerto que lleva su nombre, pero que en realidad está en Hondarribia, a 20 kilómetros de la capital guipuzcoana. Con una pista ganada al mar y de unas dimensiones que limitan la operatividad de ciertos tipos de aviones, fue la mejor solución que se encontró en 1950, cuando se apostó abiertamente por un nuevo aeródromo y ganó la propuesta de Ramón Iribarren y Luis Azcarraga. Hoy en día, la pista del aeropuerto tiene 1.200 metros de longitud y, en los últimos tiempos, son cada vez más las líneas que operan. No fue el primer aeropuerto donostiarra. A comienzos de siglo, había un campo de aviación en Ondarreta, más tarde trasladado a Lasarte. Durante la Guerra Civil, se utilizó el Hipódromo y también se pensó en el parque de Amara como posible pista de despegue y aterrizaje. No es sencillo establecer una fecha de inicio de actividad del puerto de Pasaia, ya que es una entrada natural del mar en la bahía pasaitarra y ya en los siglos XII y XIII había actividad marítima. Lo que sí está claro es que esta infraestructura, con una dársena en San Sebastián (Herrera) tiene un importante peso en la economía guipuzcoana. Si en el siglo XIX creció con la llegada del ferrocarril a Gipuzkoa, en el XX lo hizo por el tráfico de la industria pesada y por la época dorada del sector de la pesca de altura. Hoy, el puerto de Pasaia es protagonista fundamental de las cadenas logísticas de la industria siderúrgica y del automóvil, pero también ofrece un gran potencial para las escalas de cruceros en el mar Cantábrico. Además, es una infraestructura en constante evolución que ha sido clave también en la revitalización de su entorno. Odón Elorza Exalcalde de Donostia-San Sebastián 1991-2011 Pedalear y reflexionar con el olor de los tilos Pedaleo estos días por la ciudad con ese olor intenso que alimenta mi espíritu. Durante los 20 años que ejercí de alcalde no pude hacerlo. ETA no nos dejó vivir y disfrutar de San Sebastián como hubiésemos deseado. Sin embargo, en aquel tiempo, nada ni nadie logró que Donostia se paralizase. Los proyectos colectivos de todo tipo, para modernizar la ciudad y prepararla para el día siguiente al final del terrorismo, no cesaron. Los concejales del Gobierno donostiarra con los que trabajé y los equipos técnicos, municipales y contratados, se comprometieron de modo admirable con aquella estrategia de afirmación y supervivencia. Me siento orgulloso de su enorme complicidad. Tras la derrota del terrorismo en 2011 no he dejado de moverme con mi bici, porque pedalear es tan decisivo como reflexionar; para no caerse. Necesitamos ser conscientes de los retos que debe afrontar nuestra ciudad, en cada uno de sus barrios, sin más dilación. Porque, de lo contrario, nos caeremos o moriremos de un falso éxito. Desde aquel año han surgido nuevos problemas y retos como consecuencia de fenómenos generalizados en muchas poblaciones de Europa. La ciudad subió su cotización y empezó a experimentar cambios por la masificación turística, con una marea imparable de hoteles y pisos turísticos; por la acción de fondos de inversión comprando edificios y negocios en una ciudad atractiva; y por la especulación urbanística que provoca la expulsión de familias y juventud donostiarras. La economía local se ha reforzado aunque tenemos un grave problema de falta de vivienda pública y de precio tasado. Quizás ahora se entenderá mejor la bondad del desarrollo de los suelos en Intxaurrondo, Benta Berri, Errotaburu, Riberas de Loiola, Atotxa, Morlans, Puio, etc. La previsión y planificación urbanística son siempre la mejor herramienta de respuesta. 20 años de servicio a Donostia me llevan a expresar la necesidad de promover el parque público de vivienda, acertar con una gestión sostenible de los suelos municipales y abrir a la participación ciudadana el desarrollo de proyectos innovadores que fortalezcan San Sebastián y activen su identidad. Por eso me hubiera gustado sentir esta mañana el olor de los tilos… en Manteo, San Bartolomé o Auditz-Akular. Donostia tiene que seguir siendo un patrimonio colectivo frente a la amenaza de un modelo de «ciudad franquicia», cada día más privatizada. Eso conlleva la pérdida de identidad. Por ello, la ciudadanía donostiarra y el Ayuntamiento han de ser conscientes de la importancia de la dimensión social y cultural de la ciudad. Lo cual exige sensibilidad y compromiso cívico. Tras la derrota del terrorismo en 2011 no he dejado de moverme con mi bici, porque pedalear es tan decisivo como reexionar”
13 SUPLEMENTO ESPECIAL 23 de junio de 2024 La Pantxineta® Casi un siglo de historia junto a EL DIARIO VASCO Pastelería artesanal desde 1886 Narrika Kalea 15 943 425 606 San Martin Kalea 30 943 421 045 Matia Kalea 3 943 218 089 El hoy conocido como Hipódromo Municipal de San Sebastián y situado en Zubieta se inauguró en 1916, en plena Primera Guerra Mundial, con el objetivo de ser un refugio para las cuadras europeas de países que habían intervenido en la contienda. Cuando esta terminó, el Hipódromo tuvo algunos años de intensa actividad, pero su propietario, Martín Domínguez, terminó por venderlo al Ayuntamiento de San Sebastián en 1925. Después llegó la Guerra Civil y sus pistas concéntricas, una de hierba (1.610 m de longitud) y otra de arena (1.500 m), se utilizaron sobre todo como pistas de aterrizaje y despegue. En los años 40 volvió la actividad hípica, que tuvo un gran arraigo en la ciudad. En 1966 se celebró la primera Copa de Oro, pero también ha acogido carreras de cross o festivales de música, entre otros eventos alternativos a los del mundo de la equitación. Las conexiones de Donostia en lo que a tráfico rodado se refiere han ido mejorando con el paso de las décadas, claro está. Lo ha hecho para los desplazamientos internos, cuyas calzadas, carreteras y viales se han ido construyendo a medida que la ciudad crecía; como hacia el exterior. Así, la red viaria interurbana de la ciudad está compuesta, principalmente, por la autovía A-I y la carretera convencional N-I (Madrid-Irun), un eje clave que conecta la capital del Estado con Francia; pero también por la autopista A-8 (Bilbao-Behobia), inaugurada en 1975; y muy cerca de la A-15, una autovía clave para acceder a Navarra. Además, la Variante donostiarra sigue sumando ramales y tanto la Autovía del Urumea como el Segundo Cinturón son claves para aliviar el tráfico de paso que rodea la ciudad. En Donostia, desde comienzos de los años 80, a los carriles bici se les llama ‘bidegorri’. Con ese nombre se le conoció a aquel primer tramo de 1,5 kilómetros inaugurado en el paseo de los Fueros y así nos referimos hoy a los más de 80 kilómetros de trazado para ir dando pedales con los que cuenta la ciudad. Y es que San Sebastián es una ciudad perfecta para ir en bicicleta, un uso que se ha fortalecido mucho en los últimos años, pero por el que también se ha apostado desde hace décadas. Donostia es una de las ciudades con mejores infraestructuras para circular en bicicleta y, de hecho, se puede cruzar su núcleo central y barrios aledaños yendo por el bidegorri. Aquí, además, se ha fomentado la cultura de desplazarse en bici, una forma de lo más sostenible. PARA REFUGIAR A CUADRAS EUROPEAS DURANTE LA GUERRA HIPÓDROMO UNA CIUDAD QUE HA IDO GANANDO EN CONEXIÓN RED VIARIA MÁS DE 80 KILÓMETROS DE CARRIL BICI RED DE BIDEGORRIS
14 CON DONOSTIA INFRAESTRUCTURAS Desde 1893, en lo que hoy es la entrada al barrio de Morlans, se ubicó la Fábrica Municipal de Gas de San Sebastián. Era una moderna instalación que se había creado para dar respuesta a la creciente demanda de gas por parte de la ciudad. Su producción creció de manera exponencial en sus primeras décadas de funcionamiento. El combustible distribuido se llamaba ‘gas ciudad’ y, mientras en un primer momento fue obtenido a partir de la combustión del carbón, desde 1970 llegó a lograrse a partir de derivados del petróleo. Además, se construyó una red principal que sigue surtiendo a los barrios centrales de la ciudad y que consta de cuatro arterias que parten desde Morlans. El fin del monopolio del gas fue quitando actividad a una fábrica de gran valor arquitectónico y que fue derruida en 2009. Fue en 1988 cuando San Sebastián volvió a tener una plaza de toros. Con cubierta retáctil, una capacidad para 11.000 espectadores y un centro de ocio con gastronomía y salas de cine que lo complementaban, Illunbe pronto comenzó a ser también utilizada como pabellón multiusos. Allí se han celebrado corridas de toros sobre todo durante la Semana Grande donostiarra, pero también ha sido y es la cancha del Gipuzkoa Basket, se han jugado partidos de balonmano, se han celebrado conciertos y exhibiciones freestyle de motos... La plaza multiusos es el último vestigio de un complejo cuyo futuro no está claro, más cuando la afición por la tauromaquia ha bajado y Gipuzkoa demanda un pabellón multiusos que sirva para celebrar en él eventos deportivos. La ‘Mancomunidad municipal de aguas del embalse del río Añarbe’ se creó en agosto de 1968 para constituir un sistema general de abastecimiento de agua potable, que más tarde se extendería al saneamiento y depuración de las aguas residuales. Lo harían para ocho municipios, encabezados por San Sebastián y que, tras las desanexiones de Astigarraga y Lasarte, pasarían a ser diez. En 1976, por su parte, se ‘abrió el grifo’ de la presa de Añarbe y entre 1982 y 1987 se ejecutaron las obras de los principales ramales y depósitos de la nueva red de abastecimiento mancomunada, así como el primer sistema de telemando y telecontrol. Tras otros hitos en pos de un suministro de garantía, en 2005 se puso en servicio la EDAR de Loiola, que permitía la depuración de las aguas residuales de los municipios mancomunados. Construyendo la estación del futuro Inaugurada en 1864 y sometida a diversas reformas desde entonces, la Estación del Norte, la principal estación ferroviaria de la ciudad, sigue buscando su fórmula perfecta. Y, de hecho, desde hace meses está siendo reformulada de nuevo, porque en ella se está cosntruyendo un futuro edificio que contará con un levante que doblará la altura del anterior. Está previsto que el año que viene esté terminada. La nueva terminal contará con vestíbulos soterrados que darán acceso al futuro Tren de Alta Velocidad, previsto para no antes de 2028. Donostia lleva también algunos años en obras porque en diversos puntos de la ciudad se están construyendo las estaciones del futuro metro donostiarra, una extensión del actual Topo a otros puntos de la urbe. Por último, hay que señalar también que en 2016 se inauguró la actual estación de autobuses, la de Atotxa, soterrada e interconectada con la del tren, ya que se encuentra a pocos metros de la misma. ESTACIÓN UNA MODERNA INSTALACIÓN PARA RESPONDER A LA DEMANDA FÁBRICA DE GAS ENTRE PLAZA DE TOROS Y PABELLÓN MULTIUSOS ILLUNBE LA PRESA, UNA GARANTÍA DE SUMINISTRO DE AGUA AGUAS DEL AÑARBE
16 CON DONOSTIA TRANSFORMACIÓN Xabier Albistur Exalcalde de Donostia-San Sebastián 1987–1991 La ciudad escondida Ser reservado es una virtud quizás no reconocida. Dentro del marco incomparable que atrae turistas devoradores de pintxos y de nuestras calles o paseos, existe una ciudad discreta, que avanza, que nos da identidad de la buena y reconocimiento cosmopolita. Hacia dentro vivimos día a día en un tráfago de obras agobiantes e inacabables, mal explicadas. Cada administración se afana en hacer un lifting a nuestra siempre hermosa vieja dama que acaba siendo una buena dosis, diurna y nocturna, de mortificación al vecindario. Siempre soñando sobresalientes, discutibles, propuestas. Me gusta más hablar de la otra Donostia viva, semioculta al oropel mediático. No pretenciosa, eficaz. Me refiero a la que es aquí voz sigilosa pero que se oye en África o en el Mediterráneo, en las universidades y empresas de Europa y la escuchan desde hace años en EE. UU., China y Japón. Es un mosaico de variadas iniciativas, urdido por esferas colectivas que a menudo se entrelazan y comparten protagonistas. Una esfera solidaria acoge, acompaña e integra al necesitado que llega, o no duda en acudir a donde puede auxiliar. Otra impulsa el conocimiento e investigación científica reuniendo periódicamente una docena de premios nobeles de diversas especialidades científicas. En nuestros campus estudian, investigan y se doctoran jóvenes propios y cientos de ajenos. Docenas de investigadores nativos o atraídos trabajan en los centros tecnológicos. La formación profesional que reciben los jóvenes es modelo demandado en la UE. Centenares de jóvenes se han lanzado a la creación de nuevas empresas, empeñando su conocimiento, sus ilusiones y sus escasos recursos. Aquí se escribe y se publica con éxito. Se pinta, se graba y se esculpe piedra, hierro y madera y además se expone. Emergen creadores en música, moda, cine, teatro, TV. Puedes ver y escuchar a los mejores solistas, orquestas y directores del mundo junto a los grupos de más fulgurante popularidad. En cada barrio, una asociación vecinal entusiasta y entregada, se preocupa por su calidad de vida, el urbanismo, la vivienda, los servicios públicos, el medioambiente, y reclama intensamente atención del Ayuntamiento. Esta pequeña y coqueta ciudad genera fecundo talento que no somos capaces de retener por la ausencia de oportunidades claves y si me permiten palpables desigualdades. Ese talento, capital humano generoso y comprometido, es la savia que da vida a Donostia. Es la ciudad escondida de la que uno puede enorgullecerse, la que todos debemos preservar. Esta pequeña y coqueta ciudad genera fecundo talento que no somos capaces de retener por la ausencia de oportunidades claves y palpables desigualdades” Construcciones de ayer y de hoy La evolución de San Sebastián a lo largo de estos años se puede explicar mejor con las modificaciones, cambios de uso o incluso desaparición que han sufrido emblemáticos edificios de la ciudad El edificio Gran Kursaal se inauguró en 1922 y fue considerado una de las grandes obras de la Donostia más lúdica y cosmopolita durante el primer cuarto del siglo pasado. Concebido como casino, también sufrió la decisión de Primo de Rivera de prohibir el juego. Aquel Gran Kursaal fue sede de diferentes actividades hasta que, en 1972, se acordó su derribo. Durante dos décadas, en la confluencia del Urumea con el puente y el barrio de Gros hubo un solar. En 1990, tras una consulta técnica a la que se invitó a seis arquitectos a participar, se eligió la propuesta de Rafael Moneo, sus famosos cubos. En 1995 se obtuvo la aprobación definitiva y el 3 de junio de 1999 se inició la actividad en la Sala de Cámara con el primer congreso. Su inauguración oficial sería el 23 de agosto de aquel año. Desde entonces, el Kursaal es un importante palacio de congresos que atrae a miles y miles de personas cada año a la ciudad y también un icónico escenario cultural. El edificio construido por los arquitectos Adolfo Morales de los Ríos y Luis Aladrén Mendivil entre 1882 y 1887 fue inaugurado como casino. Inspirado en los centros veraniegos de la época, fue punto de encuentro de la alta sociedad en sus momentos de ocio, porque allí se celebraban bailes, fiestas y actividades lúdicas; y también un importante reclamo turístico. En 1924, Primo de Rivera prohibió el juego y decretó el cierre de diversos lugares de ocio, entre ellos el Gran Casino, que cesó su actividad. En 1938 pasó a ser propiedad municipal, pero no fue hasta el 20 de enero de 1947 cuando se convirtió en la Casa Consistorial de San Sebastián, que hasta entonces estaba en la plaza de la Constitución. El arquitecto Luis Jesús Arizmendi fue el encargado de realizar su transformación. Por ejemplo, se cambió la tarima de madera por el suelo de mármol y el salón de baile pasó a ser el nuevo Salón de Plenos. EL PALACIO DE CONGRESOS TIENE MUCHA HISTORIA DE CASINO Y CENTRO DE OCIO A CASA CONSISTORIAL KURSAAL AYUNTAMIENTO Texto: Iñigo Belastegui
17 SUPLEMENTO ESPECIAL 23 de junio de 2024 aena.es Descárgate nuestra app Felicidades a El Diario Vasco por su 90º aniversario ¿Te imaginas un día sin aeropuertos? Descúbrelo en undiasinaeropuertos.com Atotxa fue un campo de fútbol que entre 1913 y 1993 acogió los partidos de la Real Sociedad como conjunto local. Allí hubo muchas alegrías, abrazos y lágrimas. Tardes y noches para la historia y también alguna para el olvido. Con una capacidad oficial para 16.700 espectadores, tenía anexo el también inolvidable mercado de frutas. En 1993 se disputó en él su último partido oficial y, tras ser utilizado como campo de entrenamiento de rugby y para otras actividades durante algún tiempo, fue demolido en mayo de 1999. En aquel solar se edificaron viviendas de protección oficial y, junto a ellas, el nuevo Juzgado de la ciudad. Se llamó plaza de Hirutxulo hasta 2011, cuando se decidió que su nombre pasase a ser plaza Campo de Atotxa / Atotxako Zelaia Plaza, para mantener el recuerdo del viejo estadio. UN CAMPO DE FÚTBOL MÍTICO DEJA SU LUGAR A VIVIENDAS Y SERVICIOS ATOTXA Un 9 de agosto de 1903, nueve toros de Ibarra inauguraron la plaza del Chofre, un coso taurino que hoy se encontraría en pleno corazón de Gros. Aquella era una de las dos plazas de toros con las que contaba la ciudad (la otra, de madera, estaba en Atocha). Durante 70 años, fue un referente en el mundo taurino y se llegó a considerar la cuarta más importante, tras Madrid, México D.F. y Sevilla. Hay crónicas que señalan que en El Chofre llegaban a darse cita más de 15.000 personas. En septiembre de 1973 se celebró el último festejo antes del derribo de la plaza por motivos urbanísticos. Desde entonces, en El Chofre (hoy Txofre) hay otra plaza, pero en este caso está compuesta por viviendas y dos zonas de ocio para los más pequeños, además de varios comercios, bares y otros locales que dan todo tipo de servicios. Entre 1913 y 2003, San Sebastián contó con una fábrica de tabacos ubicada frente a Cristina Enea. Su época dorada fue en los años veinte, cuando más de mil personas llegaron a trabajar en una fábrica que vivió una segunda época de esplendor en la segunda mitad de los años sesenta. La revolución tecnológica permitió que de aquel edificio saliesen 250 millones de cajetillas al año. En 2003, Altadis, su nueva empresa propietaria, decidió cerrar, entre otras, esta fábrica y Ayuntamiento, Diputación y Gobierno Vasco decidieron comprar aquel edificio con el objetivo de convertirlo en un centro de interpretación de la cultura. Tabakalera reabrió sus puerta en septiembre de 2015 con una doble vocación: ser centro de producción y ofrecer una programación de actividades. VIVIENDAS Y UN PARQUE EN VEZ DE TOROS DE FÁBRICA DE TABACO A FÁBRICA DE TALENTOS PLAZA DEL CHOFRE TABAKALERA
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc0NTQ0